Hola queridas, ahora que ya llevamos años juntas, que hemos aprendido del sexo y que nos echamos las risas cuando os leemos nos lazamos a contaros nuestra primera experiencia sexual. Dos gordas haciendo la tijereta, la película.

Nos conocimos a través de vosotras, en el apartado del foro de ‘conocer gente’ que tenéis. Quedamos en Barcelona, porque las dos éramos nuevas en la ciudad y no teníamos con quién ir a tomar algo. Yo puse el primer foro, ella contestó que buscaba también grupo de amistades en el que poder estar gorda y tranquila. Quedamos cuatro chicas, a día de hoy no sé qué es de las otras dos.

Bien, yo soy lesbiana desde que tengo uso de razón, mi novia ahora sabemos que es bisexual, pero por aquella época solo conocíamos su versión hetero. Qué tiempos aquellos.

Desde que la vi me moló muchísimo, vestía con un rollazo… llegó con unas botas militares, medias tupidas, vestido negro y chupa roja. Yo llevaba unos vaqueros, unas converse y una sudadera mona, como la buena básica que soy, vaya.

Quedamos las cuatro, bebimos cerveza, copas, más copas, algún chupito… Cuando salimos fuera del garito me lancé a preguntárselo (culpa del alcohol):

Bollodrama: dos gordas haciendo la tijereta

-¿A ti te molan las chicas?

-Qué va, soy hetero, lo dejé con mi novio cuando me vine a vivir a Barcelona.

-¿Y nunca te has plateado probar con una chica?

-La verdad que no, pero supongo que no se pierde nada probando. 

Vale, yo no sé qué me poseyó aquella noche, pero yo no estaba siendo yo misma. No sé si era lo de estar en una ciudad nueva, si coincidir con personas que no te juzgan por tu físico, si tener delante a una pedazo de mujer que te pone cachonda como una burra… pero en mi vida me había si quiera besado con una chica y aquella noche le tiré la caña en todos los idiomas. 

Es que no me cortaba un pelo, de verdad os lo digo. ‘Tienes unos labios preciosos, qué guapa eres, me pones muchísimo, ¿puedo besarte?’ Y no me dijo que no, solo me miró a la boca y me dijo que nunca había besado a una mujer, yo le dije que yo tampoco y… para ser nuestro primer beso lésbico, un poco más y baja Jesucristo a despegarnos, porque madre mía el lote que nos dimos. 

Desapareció todo, solo estábamos ella y yo. Al principio de manera figurada, luego de manera literal. Las otras chicas aún no sabemos en qué momento se fueron, pero cuando nos despegamos la una de la otra allí no estaban. 

Le dije de ir a mi casa, ella se puso nerviosa, le dije que no haríamos nada que la otra no quisiera y aceptó.

Vale, ¿sabéis qué es un desastre completo, total y absoluto? Pues nosotras aquella noche lo descubrimos. Es que salió TODO mal. Ahora nos descojonamos al recordarlo, pero de verdad, menudo cuadro renacentista pintamos en aquella habitación.

Empezamos a liarnos, todo bien, llegamos a la cama y empezó a crujir MUCHO de hecho dudamos que aguantara el peso de las dos y acabamos morreándonos en el suelo, le metí mano y parecía que tenía parkinson yo, ella lo intentó conmigo y parecía que me estaba tocando con un palo.

Pues porque nuestras (mías) referencias era el porno lésbico hecho para señores heteros y así es como yo creía que se creían las mujeres y… y SPOILER: NO. 

Encima somos dos gordas, estás tú que anatómicamente es posible que mi clítoris se roce con el suyo con la cantidad de kilos de carne que tenemos de por medio… JAJAJAJAJAJA

Ahora, casi tres años después, dándonos tiempo y conociéndonos mejor en todos los aspectos os podemos decir que somos felices, que tenemos sexo de calidad y que nos vamos a mudar juntas. Así que nada, os escribimos este mail para daros las gracias, habéis unidos a dos gordas bolleras que son felices gracias a vosotras <3 

 

anónimo

 

Envía tus follodramas a [email protected]