‘¡Mira mamá ese señor qué gordo!’

Miré a mi hija con los ojos abiertos como platos, muriéndome al instante por lo que acababa de escuchar. Ella continuaba señalando al señor que apenas unos segundos antes me acababa de saludar. Pedí a los astros que por favor aquel hombre no hubiese escuchado a mi hija y acto seguido me llené de rabia intentando comprender lo que acababa de ocurrir.

Esta es una escena real que he vivido esta misma mañana con mi hija de cinco años. Una realidad que me ha sentado como una bofetada en toda la cara y que ha desmoronado ese concepto que yo tenía de la buena educación que le estoy dando a mi hija. Tras varios minutos de incredulidad, de ponerme frente a ella para lograr entender a qué venía aquella falta completa de educación, ahora es cuando un poco más serena me siento a tratar de encontrarle una solución a esa señal de alarma de la que fui testigo.

Algunas podréis pensar que estoy exagerando, que tan solo es una muestra de curiosidad por parte de mi hija, pero es que esta no es la primera vez que ella misma me pregunta por qué estoy gorda o hace algún comentario sexista por ejemplo aludiendo a que las chicas son las que tienen que cocinar y los chicos conducir coches. Me he hartado a explicarle que el mundo no es blanco o negro, he intentado hacerle entender que no hay dos personas iguales y que al final lo importante es ser felices viviendo y dejando vivir. Pero es evidente que algo está fallando.

Mi hija es todavía pequeña pero me encantaría que empezase ya a entender ciertos conceptos que considero fundamentales. Ella vive día a día conmigo, con una mujer que supera los 100 kilos de peso, y quizás por eso no entiendo que todavía se sorprenda por cruzarse por la calle con una persona gorda, como si los gordos fuésemos seres especiales o diferentes. Tengo con ella conversaciones sobre temas realmente interesantes, sé que me entiende por cómo me responde, y muchas veces hablamos sobre el poder querer a hombres o mujeres indistintamente o sobre la transexualidad (ya que ella misma conoce de cerca algún caso). Por eso me aterra que a pesar de hablarlo tan abiertamente, sin imponerle nada, su posición diste tanto de la mía.

educar diversidad

Hace no muchos días yo estaba trabajando frente al ordenador y ella veía un vídeo en Youtube Kids. Por lo que pude ver de refilón era un canal de unas niñas que jugaban. Simplemente enseñaban todo su surtido de juguetes así que no me preocupé. Un rato después escuché algo así como ‘¿pero cómo? ¿te has atrevido a salir de casa sin maquillarte? mira tu cara ¡menuda pinta!‘. Me volví hacia ella y pude ver a las dos niñas en el vídeo como haciendo una especie de teatrillo. Le pedí que cambiase de vídeo o que pusiese alguna serie o película si le apetecía. Se molestó muchísimo conmigo y como pude le expliqué que aquel contenido no era del todo correcto. Obviamente no conseguí que lo comprendiera, para ella yo era entonces la dictadora que censuraba ese canal infantil que tanto le gustaba. Para mí ese canal, y otros tantos del estilo, son el contenido que se infiltra entre los vídeos que sí he aprobado para mi hija y que le muestran una realidad de la que intentamos huir.

Con esto no quiero decir que el culpable de todos estos estereotipos e ideas retrógradas sea solo culpa de Youtube, pero si yo me preocupo en explicarle cómo podemos conseguir un mundo mejor para todos, si puedo pasarme horas charlando con ella sobre la diversidad y su importancia… ¿De dónde provienen esas ideas que ella deja salir en tantas ocasiones? La sociedad, el mundo, las mayorías que aún hoy se imponen a todo lo demás.

No me gusta tener que censurar contenidos para ella, me encantaría que por sí misma fuese capaz de decir que esas niñas de los vídeos o esa compañera que dice que las chicas son las que tienen que limpiar están equivocadas, pero cuando todavía es tan pequeña ¿cómo hacerle ver que la diversidad es importante? Me encuentro un poco como si fuese yo contra el mundo, y sé que no soy la única con estas mismas preocupaciones.

Quizás estoy intentando ir demasiado rápido y tengo que tragar con ciertas cosas hasta que ella misma pueda ser mucho más consciente de todo esto pero algo me dice que si no fijamos ahora una buena base puede que el día de mañana sea demasiado tarde.

Mi Instagram: @albadelimon

Fotografía de portada