Hace la friolera de siete años me di cuenta de que no era tan feminista como yo creía. Tenía 18 años y desde los 12 mi grupo de amigos era exclusivamente masculino y bastante friki. Quedábamos para jugar al WoW, hablar de comics o videojuegos, y así pasaron los años de mi adolescencia. Ojo, no me quejo, fui muy feliz, pero también muy machista.

Como decía, cuando cumplí la mayoría de edad y empecé a leer sobre feminismo me di cuenta de todos los pensamientos sexistas distorsionados que habían invadido mi cerebro adolescente, como por ejemplo creer que era mejor que las demás mujeres por tener gustos diferentes. Ahora lo pienso y detesto esa superioridad moral que sentía hacia las chicas que disfrutaban saliendo de compras o maquillándose. Me creía mejor, pero en el fondo era tremendamente insegura.

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Tras deconstruirme y desterrar todos esos prejuicios que tenía en la cabeza, también entendí que no es oro todo lo que reluce y que en el mundo friki hay MUCHO machismo. Y cuando digo mucho quiero decir una puta barbaridad.

Para empezar, bastantes hombres frikis consideran que el 90% de las mujeres con sus mismos gustos fingen. Si llevas una camiseta de un videojuego, de un anime o de un superhéroe de Marvel o DC prepárate para un interrogatorio digno de la Gestapo. ¿El objetivo? Demostrar que eres una verdadera fan.

La dinámica es algo así:

  • Oh, bonita camiseta de Death Note, pero podrías decirme en qué año salió el primer manga, de qué color son los ojos del autor y cómo se llamaba la madre de la prima del protagonista que sale sólo en una página.
  • Mmmm, pues lo siento, pero no caigo.
  • AHÁ, LO SABÍA. Eres una postureta. Claro, como ser friki está de moda ahora…

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Jamás de los jamases he visto a ningún hombre dar tanto por culo a otro tío con preguntas enrevesadas, porque dan por hecho que cuando tienes rabo no puedes lucir ropa friki por moda. Eso sí, como seas mujer automáticamente te ponen la etiqueta de postureta.

Admito mi parte de culpa. Siempre he pensado que el prototipo de machista inseguro era el tío mazado del gimnasio con aires de superioridad o el último tronista de Mujeres y Hombres y Viceversa, pero señoros hay en todas partes.

Teniendo en cuenta que hasta los 2000 más o menos el mundillo friki estaba gobernado por hombres, es inevitable que todavía queden resquicios de machismo rancio. Muestra de ello es que en mesas redondas sobre videojuegos los ponentes sean casi siempre tíos.

Por otro lado, durante décadas las mujeres amantes de los videojuegos hemos tenido que aguantar cómo la basta mayoría de personajes eran masculinos. Ese 1% de mujeres o bien tenía roles sin importancia, o bien estaban tremendamente sexualizadas. Ya sabéis, tetas más grandes que una cabeza, cinturas minúsculas o un cacho de tela que con suerte tapaba el culo de una muchacha que estaba en una guerra en Siberia. ¿La lógica? Ninguna. Supongo que el desarrollador estaba masturbándose mientras diseñaba a la chiquilla y no le llegaba la sangre al cerebro.

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Ojo, soy consciente de que hay excepciones, pero no me podéis negar que el papel de la mujer en la industria de los videojuegos ha sido un chiste malo. Aun así, nos teníamos que apañar.

Ahora que cada vez hay más personajes femeninos coherentes, empoderados y con los que nos podemos identificar, los señoros se ponen a lloriquear. Que es por moda, que vaya birria la ideología de género o que queremos eliminar a los tíos del mapa. Luego las sensibles somos nosotras, pero no llevo yo más de 10 años aguantando a babosos en el WoW para que venga un machito herido a quejarse porque la protagonista de un juego no se la pone dura.

Así que, queridas amigas mías, para dar por finalizada esta reflexión os voy a dar el mejor truco del mundo para saber si un tío friki es un machista de mierda. No tiene misterio, se trata de una simple pregunta: “¿Qué opinas de Capitana Marvel?”. Os lo prometo, es como clavar una estaca a un vampiro, no falla.

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Anónimo