El irresistible poder de seducción de «Perlas ocultas» y otras historias sobre sexo y sociedades secretas. 

Reconócelo, a ti te ponen delante una historia de sexo, sociedades secretas y esa etiqueta de «basado en hechos reales» y no puedes evitar lanzarte. Por lo menos, tomas el libro entre tus manos y lo abres al azar, como quien no quiere la cosa, como disimulando, con más cuidado incluso que el que ha tenido la autora para moverse entre ambientes clandestinos. Te parece que están ahí detrás, mirándote. Pero ¿por qué nos seduce de esta forma lo oculto, y, sobre todo, esa combinación de sexo y misterio?

Bueno, el porqué de la seducción que ejerce el sexo sobre nosotras me lo puedo imaginar, no hace falta ser muy lista. Y no es mérito del sexo, ¿eh? Venimos prediseñadas de fábrica para prestarle atención. Pero ¿y lo oculto? Puede parecer un poco obvio que todo lo que permanece en la sombra nos suscita un anhelo de conocer, de saber, pero también es cierto que nada hace volar tanto nuestra imaginación como aquello cuyo desenlace nos es incierto. Al fin y al cabo, la curiosidad es también una de nuestras cualidades innatas. Sin embargo, me parece que este tema va un poco más allá, porque incluso nos fascina la estética de lo oculto, incluso cuando su representación es ya un cliché: señores con aspecto de ser muy ricos, entregados a sus más bajas pasiones; señoras también enfundadas en caros y sexys vestidos, todos ataviados con máscaras, ocultando sus rostros, dando ese toque de misterio necesario.

En este contexto, el papel que desempeña la mujer parece bastante más secundario que el del hombre, siempre más enfocado a la sumisión, y, en todo caso, siempre bastante más desvestido y más desnudable que el del hombre. 

Ofira Binnaz es una escritora puertorriqueña autora de Perlas ocultas, título con el que obtuvo el galardón Golden Aster Book en 2020. Ella tiene una opinión distinta sobre este tema: «Ya sea como dominante o sumisa, ambos roles son una forma de empoderamiento para la mujer, porque en ambos casos logran la decision de qué practicar con su cuerpo. Sienten que tienen un gran poder sobre sí mismas, y todo esto por decisión propia. A las mujeres se las ha dominado bajo el sistema patriarcal por años. Sin embargo, estas prácticas unen, no solo a las mujeres y las hacen libres, sino que hay un grupo extenso de hombres que les dan su lugar, las respetan, las ven como iguales y las celebran». 

La autora boricua sabe de qué habla, porque para escribir su libro desarrolló un trabajo de investigación que la llevó incluso a adentrarse en una de estas sociedades secretas. Su historia podría perfectamente protagonizar un libro por sí misma: una joven estudiante universitaria que comienza a redactar un trabajo para la carrera, pero se da cuenta de que necesita más información. Así, poco a poco, comienza a indagar en estas sociedades, sobre sus prácticas, llegando incluso a conocer al dominante más influyente de España. Llegado este punto, todas tenemos en la cabeza el título de un famoso libro, ¿verdad? Pero la realidad suele escribir en prosa, y lo cierto es que Ofira Binnaz reconoce que sintió algo de miedo y mucho vértigo al acercarse a este mundo.

Lo interesante de todo esto es la forma en que los seres humanos (y generalmente los hombres) canalizan el poder. Para qué sirve tener poder en las sociedades humanas. Y esto se traduce en una respuesta básica: para tener sexo. Un sexo con un grado de sofisticación mayor o menor, que tampoco tiene tanto que ver con el nivel socioeconómico, sino que, como en este caso, responde más bien a una seña de identidad. Podríamos decir que las sociedades secretas lo hacen así. Es su cliché. De igual modo que no sorprende que al director de un banco lo pillen en una orgía disfrazado de peluche, se entiende que, si perteneces a una sociedad secreta, participas en ritos un poco más sofisticados con una máscara puesta. Es interesante que el sexo, y cierta opresión que de él se deriva, respondan a patrones que podrían ser incluso tribales.

Lógicamente, cuando generalizamos siempre estamos cometiendo un error, pero creo que no se puede negar que hay un cierto patrón detrás de todo esto. Y más atrás, al fondo, como mirando por fuera del escaparate, estamos todos nosotros, consumidores de historias, con el hocico pegado al cristal, preguntándonos por qué nos atraerán tanto estos relatos. Para Ofira Binnaz, la clave radica, fundamentalmente, en un elemento: «El conocimiento. Siempre tenemos la necesidad de conocer, de saber el porqué de las cosas. Y en otros casos es hasta algo social».

Solo es una teoría, pero quizá esa sea la clave de las historias de sexo, que nos hablan sobre nosotras mismas y nuestra relación con la sociedad. Y tal vez por esto, cuando el sexo y el misterio se entremezclan, como en el caso de las historias sobre sociedades secretas, nuestro interés se multiplica, porque nos ayuda a comprender el uso que se hace del poder, cómo se canaliza cuando el anonimato garantiza la impunidad