Ahora que la vuelta al cole ha inundado todos los hogares no hay cosa que me guste más que el jolgorio y la alegría que desprende un patio de colegio. Pero amigos, cuando pensáis en el recreo del cole ¿qué es lo que veis? Pues muy sencillo: un patio de colegio con una cancha de fútbol enorme y si es hay un poco más de espacio pues otra cancha que también se utiliza para el fútbol.
Menuda novedad ¿verdad? Pues el patio del colegio es una muestra más del machismo latente que impera en nuestra sociedad. Los chicos y el fútbol ocupan el 90% de los patios de los colegios y en el 10% restante se arrinconan las niñas y los niños a los que no les gusta el fútbol.
Tenemos tan normalizada esta realidad que a nadie parece importarle. Las chicas asumimos esa situación sin rechistar, nos arrinconamos en las esquinas de los patios jugando y hablando sin molestar y a nadie se le ocurre exigir más espacio.
Y no solo las niñas, también hay muchos niños a los que no les gusta el fútbol y prefieren otro tipo de juegos y que muchas veces son estigmatizados por ello. Permitiendo que en los patios de los colegio el fútbol ocupe casi todo el espacio de ocio de los pequeños estamos trasladando un mensaje muy potente desde su más tierna infancia: el fútbol es el rey del recreo, el fútbol es lo más importante y al que más espacio se le dedica en el ocio escolar, el resto de actividades no son tan importantes como el fútbol, que es y será el deporte indiscutible.
Cuando pienso en el patio de mi colegio recuerdo perfectamente que el fútbol ocupaba lo más alto de la jerarquía escolar. El recreo estaba eclipsado por los partidos de fútbol que se disputaban en la pista central mientras el resto nos alejábamos lo más posible para no sufrir balonazos a diestro y siniestro. Las niñas nos volvíamos invisibles en las esquinas o en los laterales del recreo jugando a nuestras cosas. ¿Por qué las niñas o los niños a los que no les gusta el fútbol no pueden disponer nunca del patio?
En el País Vasco llevan años trabajando en un plan contra el sexismo en los colegios y han instaurado los días sin fútbol en el recreo. La medida marca unos días a la semana en los que no se puede jugar a la pelota y en el patio se dedican todas las pistas a otro tipo de juegos más inclusivos con mucho éxito. Una idea maravillosa que debería extenderse ¿no os parece?
El machismo y el sexismo están mucho más presentes en nuestras vidas de lo que pensamos. Gestos como estos pueden traer grandes cambios para todos.