El niño de ojos azules vino a subir el listón

 

Los mayores no estaban rindiendo y los chascos se sucedían, por más atractivos que fueran y supuestamente experimentados, la cosa no avanzaba. Así que decidí probar con alguien más joven que yo. Ojos azules en un tío alto, barbita y sonrisa con hoyuelos, un gordibueno muy bueno y que también decía que le gustaba hacer disfrutar a quien estaba con él (esto es que es la mentira más extendida en Tinder por lo que se ve)… y lo cumplió.

Que el mejor polvo que me ha dado Tinder hasta el momento tuviera 9 años menos que yo es como poco destacable. Quiero pensar que las nuevas generaciones se preocupan más por sus habilidades sexuales y entienden que el sexo es un intercambio de dar y recibir, un algo mutuo y de dos.

En su contra diré que dentro de mí se iba muy rápido, qué le vamos a hacer, la situación espero fuera excitante y mis habilidades las correctas para que así fuera… pero ahí es donde este chico brilló como ninguno. Consciente de su rapidez el segundo asalto fue para mí, no sé cuantas veces me pude correr con sus manos, perdí la cuenta. La cercanía de nuestros cuerpos con mis gemidos y gritos en su cuello abrazados mientras sus dedos estaban dentro de mí sin descanso, el tiempo que se tomó en saborear mis pechos, descubrirlos y jugar con ellos como nadie con cara de fascinación, curiosidad y deseo… El darlo todo el uno con el otro durante ese rato como si fuera la última vez, disfrutar de olernos, besarnos, mirarnos…

Vamos, que al final sin ser un empotrador se curró su notable alto como un campeón dejando el listón muy alto para mí en mis escarceos fuera del matrimonio.

Aunque también es verdad que el de casa sigue de momento, imbatible aunque nadie puede competir con 18 años de práctica y mejora continua sabiendo lo que me/nos gusta.

Por Bryn the Valkyrie