Cada X tiempo sale en las revistas o en algunos post de internet un nuevo método mágico, casi milagroso diría yo, un método que te promete orgasmos, pero no orgasmos normales no no no, SUPER ORGASMOS, osea la panacea del orgasmo, ese que te deja tiritando, tiesa, tirá, y un largo etc.

El método Kivin no es más que otro “súper método” que consiste básicamente en abrir un poco el capuchón del clítoris con los dedos, de esta forma se queda más expuesto y lamer el clítoris de derecha a izquierda, FIN, este es el método “milagroso de los mil orgasmos”.

Vamos básicamente que te lo coman y si el clítoris está más expuesto estará más sensible, no tiene más ciencia, también os digo que esto puede molestarle a alguna chica ya que es una zona muy sensible, pero bueno para gustos colores.

A mí personalmente me parece muy bien que se propongan nuevos métodos de estimulación, pero que  la gente con “dudosa” credibilidad empírica/científica se pongan aquí a inventarse el pino puente para correrte más y mejor, a nivel profesional como sexóloga ya me empieza a crispar un poco la vida.

Y diréis, ¿pero qué problema hay con que se inventen técnicas nuevas si esto es maravilloso?, pues te diría si y no a la vez, esto está bien porque fomenta el autoconocimiento, el hurgar, el buscar en el cuerpo el tocarse y el tocar, pero juega con otro factor mucho mas peligros y que puede desencadenar mucha frustración e incluso problemas que no deberían aparecer.

Porque tú que te pones a leer ese artículo, lleno de tanta información de “calidad” que dice que un señor o señora americano a descubierto el método supremo del éxtasis y del placer, tu lo lees diciendo ¡Oh sí, quiero aprender!

Te describe detalladamente la susodicha técnica, que yo hay veces que digo por favor que me lo pongan paso por paso y con dibujitos por favor que soy medio lerda y no entiendo una mierder de dónde va el dedo, la lengua o lo que sea.

Intentando retener toda la información que te ha proporcionado ese maravillo artículo, ni corta ni perezosa te pones manos a la obra con tu churri, al cual también has tenido empollando para darte mucho gustirrinin. Os  ponéis a ello y…. ¿Dónde está mi orgasmo supremo?

No me mal interpretéis, muchas veces si se tienen orgasmos, y se disfruta, y se introduce novedad en la relación, y todo lo que queráis, pero así entre tú y yo, ese tipo de orgasmo ya lo habías experimentado en otras ocasiones, pero tú lo que querías era el ORGASMO SUPREMO, y parece que no va a llegar…. ¡rarísimo! Si tú has seguido paso por paso todo lo que ponía en el artículo, fuck!

Esto en el mejor de los casos, porque otro porcentaje bastante amplio de las que llevan a cabo estas técnicas “milagrosas” se quedan como estaban, sin orgasmo, sin placer, sin na de na.

Y ya tenemos la decepción asegurada, ya algo va mal con una misma, ¿será que mi cuerpo es raro? ¿Será que me falta alguna pieza? ¿Será que yo no sé? Y un largo camino de dudas y de serás que nada tienen que ver contigo.

Porque os contaré así entre nosotras el truco del almendruco del placer y del ORGASMO SUPREMO…

Tenemos que partir de la base de que el placer es una sensación totalmente SUBJETIVA, que lo que a la vecina del quinto le pone los pelos como escarpias a ti no te hace ni cosquillas, y no pasa nada, porque cada persona vive y experimenta el deseo y el placer de una forma distinta a la de los demás.

Me parece absurdo crear una “técnica mágica” que vale absolutamente para todas, en cualquier circunstancia y que siempre te dará orgasmos, esto es una autentica chorrada y una gran mentira.

Para empezar, el órgano sexual que tienes que priorizar ante todo es tu cerebro, es decir, que si no estás a lo que tienes que estar, no tienes deseo sexual o muy poco y no lo trabajas, cuando te pones al asunto te pones a pensar en la lista de la compra o que hay que pintar el techo, ya te pueden estar haciendo la bicicleta que ni te vas a enterar.

Después hay que entender que no todos los días nos tiene por qué apetecer y gustar lo mismo, lo que un día te pone perraca perdida y te hace correrte en 2 minutos no tiene porque funcionar al día siguiente y no pasa nada, no somos máquinas que apretando los botones adecuados ya no hace falta más.

El cansancio, la predisposición, el estado de ánimo, como estemos con nosotros mismos y con nuestra pareja, el momento que elijamos para tener ese encuentro sexual, todo va a influir directamente en nuestro placer.

Si vives tu sexualidad buscando solo un ORGASMO SUPREMO, amiga mía siempre vivirás decepcionada, pensando que el orgasmo que has tenido no es suficiente y que te estás perdiendo algo mejor, por lo que estas condenando tu placer a un ideal.

Habrá días en los que ese orgasmo venga más rápido y más intenso, otros que tarde un poco más y sea más normalito y otros días que directamente no aparezca, ¡Y no pasa nada! De lo que se trata es de disfrutar del encuentro sexual y disfrutar con la otra persona, el resto dependerá de muchas cosas.

Deja de buscar “puntos mágicos del placer”, investiga tu cuerpo y el del otro, y entiende que lo que hoy te encanta lo mismo mañana no, que no somos máquinas y que el placer se vive de formas muy diferentes, al final de lo que se trata es de disfrutar.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

correo: [email protected] instagram: @aidavallesconsulta_