Soy lista dentro de lo normal, pero creo que lo que me diferencia es que soy curiosa, me intereso por aprender cosas nuevas que llaman mi atención, me mantengo al día sobre lo que ocurre en el mundo y tengo buena memoria, lo que hace que desde fuera se me vea así, inteligente. 

Sin embargo, esto en algunas ocasiones se ha convertido en un problema, y donde más lo he notado ha sido en mis relaciones. 

La primera que tuve de cierta importancia fue la peor. A él no le gustaba demasiado que yo destacara por… bueno, por nada, cuanto menos se me escuchara mejor. Yo estaba estudiando mi carrera y él había dejado la suya por trabajar, no tanto por necesidad, como por haber encontrado un trabajo no demasiado malo y bien remunerado. Esto nos llevó a estar en puntos diferentes, yo estaba aprendiendo cosas nuevas, algunas de ellas quizá me apasionaban de más, y quería compartir con él las ideas que tenía para ese trabajo, o ese libro que nos habían recomendado y que me estaba gustando tanto. Y él simplemente ponía los ojos en blanco. No estaba siendo pesada, solo quería compartir de la misma forma que él me contaba las cosas que le ocurrían en el trabajo, pero nunca podía.

Ahora, años después, me doy cuenta de que se sentía amenazado, porque no se quedaba ahí. No solo era más culta que él, es que también era más rápida, con un humor más inteligente y eso no le gustaba, llegando a dejarme en ridículo delante de otras personas solo por su inseguridad. 

No era un chico tonto, ni mucho menos, simplemente no quería a alguien que lo superara en nada, y mucho menos su novia.

Tras esta relación tuve otras no tan serias, pero terminé dándome cuenta de lo mismo: yo estaba en otro punto. Mi idea de pasarlo bien era diferente, me iba haciendo mayor y me apetecía poder tener conversaciones que fueran más allá. Por supuesto no me estoy refiriendo a que necesitara relacionarme solo con personas que tuvieran una carrera universitaria, no, me refiero a que comencé a darme cuenta de que necesitaba relaciones con personas que generaran en mi un interés por cosas que no conocía, que supusieran un reto, de las que aprender. Pero también quería tener relaciones con quien me dejara enseñar. Evidentemente, no todo le tiene que resultar interesante a todo el mundo, pero al menos, que no me hicieran sentir mal por saber más que ellos.

La última relación que tuve empezó genial, le encantaba mi sentido del humor retorcido, que devorara libros, y que le contara curiosidades que conocía. Por su profesión, él también tenía cosas que enseñarme, era listo, aunque de una forma diferente a la mía, y esto, por supuesto, acabó creando un abismo. Soy inteligente, pero eso no hace que tome siempre buenas decisiones y que no me equivoque como cualquier otra persona, sin embargo, él dejó de permitírmelo. Si yo me equivocaba, era mucho peor que si lo hacía él porque yo era la lista, la que lo tenía todo controlado y cuando dejó de ser así, no quiso “hacerse cargo”, era más sencillo dejarse llevar

En este momento de mi vida, aunque no esté buscando pareja por muchas razones, siento miedo, no quiero que esto me vuelva a suceder, pero quiero ser yo misma: lista, curiosa y me encantaría que eso se viera como algo bueno, y no como algo que echar en cara.

Aitana HellFire