Me habían echado del trabajo hacía unos meses y después de estar cobrando el paro y buscando otro curro, vi esta oferta por internet. Un hombre buscaba a alguien que le limpiara la casa y no estaba nada mal pagado. Ponía que a 30 euros la hora. No era el trabajo de mis sueños, pero no estaba en una situación como para ponerme tiquismiquis. Además, el plus de la hora a tanta pasta me llamó la atención.

Decidí ponerme en contacto con ese hombre para hablar sobre las condiciones y así lo hice. Me citó en su casa y efectivamente, me dijo que todo lo que ponía en el anuncio era cierto. Necesitaba a una chica para limpiar ya que él pasaba muchas horas fuera de casa y quería recompensar bien un trabajo que, según él, era duro. La verdad es que me pareció muy sensato todo lo que dijo y no me dio mala espina, así que acepté.

Esa misma semana empecé mi nuevo trabajo. Llegué a la casa de este señor y me dijo que por ser el primer día, se quedaba por allí para ayudarme con cualquier duda que me sugiera o cualquier cosa que no supiera donde estaba. ¡qué detallista!, pensé yo… Tonta de mí…

Yo me puse a mis quehaceres y empecé limpiando el baño. Cuando llevaba un ratito limpia que te limpia, me di cuenta de que no había cogido el limpiacristales y fui a la cocina a por él, que es donde el hombre me había dicho que guardaba los productos de limpieza. Salí del baño y quise quedarme ciega. ¡Vi al señor como su madre le trajo al mundo, sonriéndome! 

Como no sabía qué hacer, me metí corriendo de nuevo al baño a digerir lo que mis ojos acababan de divisar. Entonces, oí que me decía: “No te preocupes, voy a meterme en la cama. Puedes seguir limpiando… o acompañarme”

¿En serio podía ser real esta situación? Mi mente no era capaz de procesar lo que acababa de ocurrir. Cogí aire profundo durante unos segundos y decidí marcharme de ahí…para no volver. Cuando el señor oyó mis pasos hacia la puerta, me dijo que donde iba, que esperaba que no me hubiera molestado su propuesta. Lo único que pude contestar fue que esa clausula se le había olvidado comentarla el otro día, abrí la puerta y me marché.

Desde entonces, no me fio de ningún anuncio de un particular con un precio tan alto por hora. Está claro que nadie da de más sin querer recibir algo a cambio…

Anónimo

 

Envía tus movidas a [email protected]