La verdad, me entristece lo más grande ver como en redes sociales hay gente manipulando el mensaje para hacer creer que somos personas oscuras normalizando la obesidad e invitándote a estar enfermo. Encima, lo más curioso del tema es que en un 99,999999% de los casos, son personas que se dedican al mundo de la salud o la belleza y que tras lanzar el ataquito, aprovechan para enchufarte sus servicios o productos. Qué casualidad, fíjate. 

VAMOS A IR POR PARTES: 

 

-Dicen algo así como que llamamos gordofóbicxs a todo el que piensa distinto a nosotrxs. La gordofobia no es un término recogido en la RAE (todavía) pero podemos definirla como el sesgo que lleva a discriminar y minusvalorar a las personas con sobrepeso. Por lo tanto, Cada vez que relacionas la obesidad con los malos hábitos, que castigas a alguien en una consulta médica por su peso, o juzgas su salud basándote en el tamaño de su cuerpo, ESTÁS SIENDO GORDOFÓBICX, igual que llamamos homófobx al que denigra y desprecia a una persona homosexual. Entiendo, porque lo he vivido, que es doloroso darte cuenta de que tus creencias no son tan respetuosas como imaginabas. Para mí, por ejemplo, ha sido difícil darme cuenta y reconocer cuántas veces he sido racista sin ni siquiera pretenderlo y también gordofóbica, aun habitando un cuerpo grande.

 

En fin, que no nos confundamos: Llamamos gordofóbicas a aquellas personas que basan su discurso en desmerecer un tipo de cuerpo que va a seguir existiendo por más que lo despreciemos. 

 

La gordofobia es asustar a una sociedad sistemáticamente con la idea de engordar y hacerle creer que todos podemos ser delgados, sin tener en cuenta los factores genéticos, socioculturales, estrés, descanso…Es llenar el mundo de productos y dietas restrictivas para perder peso como única opción para alcanzar “el cuerpo de la felicidad” e insistir en que esos hábitos son sostenibles a largo plazo, cuando los estudios demuestran que el 95% de las personas recupera el peso perdido en menos de cinco años, incluso más (el efecto yoyo) y encima se les culpa por ello, en vez de instaurar hábitos saludables y placenteros adaptados a lo que necesita cada persona, enseñándonos a comer y ejercitarnos para mucho más que adelgazar, engordar o quemar calorías. 

Y por supuesto, gordofobia es intentar vender todos estos productos poniendo el concepto salud como bandera. Eso me lleva al siguiente p unto:

-No se puede hablar de salud sin incluir a la salud mental. 

*I M P O S I B L E*. 

La salud no es un concepto simple, son muchos factores que la forman y no se puede tolerar tanta manipulación de los conceptos. 

Si bien es cierto que la obesidad es un factor de riesgo para padecer algunas enfermedades, la realidad es que uno no se enferma solo por tener obesidad. Necesita sumarse a otros factores, por ejemplo obesidad + sedentarismo + tabaco. Trata sino de encontrar una enfermedad que esté ÚNICAMENTE CAUSADA por la obesidad. Spoiler: no la hay.

Lo que tampoco puede ser es que, escudándonos tras el obsoleto concepto de que la delgadez es sinónimo de salud, se lleguen a recomendar conductas de riesgo para perder peso en las propias consultas médicas. ¿Eso sí es saludable? ¿Recomendar a lxs clientxs que masquen chicle o beban agua cuando tengan hambre “entre horas” o para vencer su ansiedad, ignorando totalmente las señales de su cuerpo? ¿O hacerles sentir vergüenza y decepción por no haber bajado peso de una semana a otra? ¿O el mero hecho de demonizar la fruta, los hidratos de carbono, obviando que son necesarios para el cuerpo? ¿De verdad esto es ser un abanderado de la salud? 

Por supuesto no todxs lxs profesionales son así (gracias a Dios, imagínate el panorama sino…) pero venga, seamos sincerxs: ¿Cuántxs no nos hemos sentido así en el proceso de perder peso? Podemos convencernos de que lo dicen por nuestro bien, mirando por nuestra salud…Pero es que en el momento en que sus palabras interfieren en tu salud mental, también te están perjudicando.

Lo que sí está claro: Todxs debemos buscar y ser conscientes de aquellos hábitos que nos gustan y nos hacen estar “en forma”: con más energía, mejor humor, más felices, mejores digestiones, disfrutando de la comida y el ejercicio, de nuestras relaciones personales…El concepto salud tiene matices en cada unx de nosotrxs. 

 

-¿Qué pasa con la OMS?

“Es que la OMS dice que la obesidad es una enfermedad” es la frase más repetida, incluso más que el “¿Ves mi cara? ¿Ves mi cara? ¡He pasado 48 horas sin dormir!” de Melyssa a Tom. 

La OMS es como el portero de la discoteca que cuando salías a fumar te sentías a salvo poniéndote a su lado. Si hablamos con la OMS por delante, no hay miedo. 

La realidad es que la OMS considera la obesidad un factor de riesgo, no una enfermedad. Fue la Asociación Médica de EEUU en 2003 quien, en contra de la recomendación del comité de expertos, determinó la obesidad como enfermedad, bajo la presión de múltiples farmacéuticas. Sí, esas farmacéuticas que te ofrecen 18 gamas distintas de productos adelgazantes en una misma estantería. 

Así es, amigxs. Ahora mismo la OMS es como la hermana mayor que se come un marrón por culpa de la pequeña, sin comerlo ni beberlo. A la OMS se le atribuye algo que, la pobrecica, ni siquiera ha dicho. 

Así que nada, para ir terminando: Ya vale de intentar que vuestro mensaje tenga algo de valor, tergiversando el nuestro.

 

¿Promovemos la enfermedad? ROTUNDAMENTE NO. Nadie quiere enfermar ni que enfermes, simplemente no estamos de acuerdo en castigar sistemáticamente a nuestro cuerpo para que encaje en unos estándares de belleza imposibles para mucha gente.

¿Nos importa la salud? ¡Por supuesto! Nos importa alimentarnos, movernos y relacionarnos con nuestro cuerpo de manera que nos sintamos llenas de energía y en paz con quienes somos. 

¿Defendemos comer mal? ¡Claro que no! Priorizamos los nutrientes, las vitaminas, los alimentos que nos benefician más…Y también aquellos que nos generan placer al comer (algo desconocido en la cultura de la dieta). 

 

Evidentemente no todo el mundo piensa ni actúa así, pero somos muchas que sí. 

 

XX, 

Mara.