Tensión sexual con un ex compañero del colegio. 

 

Con 3 años ya nos conocíamos por ir juntos a la misma clase, fuimos juntos hasta los 16 años, 4º de la ESO y desde ese punto nos perdimos la vista el uno del otro. Ya de por si los años que coincidimos no hicimos ni el amago de hablarnos lo más mínimo, básicamente por x o por y no nos soportábamos y estaba bien, era recíproco. 

Han pasado los años y no me he acordado de él ni de la mayoría de personas de esa época de mi vida hasta que quedé con varias de mis mejores amigas que también iban a clase con nosotros. Estábamos hablando (con varias cervezas ya encima) y nos pusimos a hablar sobre los reencuentros de actores y actrices de películas y series que había ahora, estaba siendo un boom y se nos ocurrió la maravillosa idea de hacer la típica quedada de los compañeros de la ESO que se hace cuando tienes no sé… ¿40 años? Pero esta vez con 27.

Ninguna de nosotras vivimos en la ciudad donde estudiamos pero la mayoría si que se quedaron allí, así que estaba claro el punto de reunión; ahora quedaba lo complicado: conseguir hablar con todos.  Unas cuantas cervezas más y un equipo de investigación bastante bien coordinado conseguimos el 90% de contactos del cole. 

Nos repartimos los contactos para poder hablar con ellos por individual y si estaban de acuerdo ya les incluíamos en el grupo de la quedada. Bueno pues uno de mis contactos era este chico. No teníamos su teléfono pero si su Instagram. Le cotilleé un poco y la verdad es que había pegado un cambio impresionante, nada que ver con el niño o adolescente que conocí. Tenía un rollazo impresionante, físicamente estaba súper cambiado, se le veía bien y feliz. Le añadimos al grupo y resulta que fue la novedad para todo el mundo. Increíble el cambio os lo juro. A partir de ese día nos pusimos a hablar por privado con bastante frecuencia y resulta que teníamos mil cosas en común y que había una tensión brutal.  Intentamos quedar alguna vez pero nunca llegamos a coincidir bien. A veces hablábamos y las fichas ya no eran fichas, eran fichones. Las conversaciones se inclinaban siempre hacia un tono sexual bastante importante. Total que llega el día de la reunión y quedamos las que mejor nos llevábamos antes para entonarnos un poco y ponernos al día. 

Llegué bastante contentilla al encuentro con todos y lo único en lo que me quería fijar era en este chico. Llegó tarde y parecía un poco borracho también, pero madre mía estaba mejor en persona de lo que me había imaginado. Unas cervezas y tentempiés después estábamos más cerca que nunca. Nos olvidamos bastante de que era una reunión del colegio y nos centramos en nosotros, en nuestros cambios y en cómo nunca fuimos ni un amago de ser amigos. Salimos a fumar, principio del fin. No sé si fue él o yo la que se lanzó pero la tensión sexual se podía cortar con un cuchillo. La verdad que no nos cortamos un pelo y tardamos bastante en volver con el resto de compañeros. 

Estábamos a punto de pasar a temas un poco más mayores cuando va y me suelta que tenía mucha ganas de hacer esto que estábamos haciendo desde que empezamos a hablar y me soltó sin vaselina ni nada este comentario: “espero que no te importe que tenga novia pero me gusta avisar”. 

La verdad que me tomé a risa el comentario y le pregunté que si era cierto. Lo era, claro que lo era. Entré dentro del restaurante y empecé a ir a lo mío. Seguimos hablando esa noche pero por mero respeto. Quizás si nunca fuimos amigos, años después tampoco deberíamos serlo. 

 

Anónimo