Este viernes día 6 de julio es el día más importante del año en Pamplona. Todos los años toda la población está nerviosa, llena de emoción, de ganas. Pero desde hace unos años, a toda la alegría que nos inunda los días previos, se han sumado unos sentimientos de rabia e inquietud que nunca habíamos asociado a nuestras fiestas de San Fermín. Se está diciendo que no hay que venir a Sanfermines.

Pero ¿por qué? ¿Por qué no se está dando voz a los grupos feministas de Pamplona? ¿Por qué no se da espacio en las noticias a la labor institucional, a la rabia de las pamplonesas que nos hemos indignado igual que todas con la mierda de justicia patriarcal?

Esta mañana estaba trabajando locamente, cuando mi amada Betty me pasa un artículo de Irantzu Varela.  Y se me han saltado las lágrimas en la oficina: por fin, alguien nos da voz a las mujeres de Pamplona. Por fin, se dice en alto que este año más que nunca, os necesitamos en Pamplona. Este año, más que nunca, las mujeres tenemos que ocupar el espacio que nos quieren robar. Los sanfermines siempre han sido una semana de alegría, de locura,  de perder la vergüenza, ¿de verdad las mujeres tenemos que ser castigadas a quedarnos en casa sin esto?

El asesinato de Nagore y violación de la Manada son dos de las cosas más terribles (y mediáticas) que han pasado en los últimos años y que han despertado la conciencia feminista de esta sociedad. Incluida la de Pamplona. Pero parece que ahora parte esa conciencia pasa por el castigo a una ciudad, a una población entera, a unas mujeres, que nos quedemos en casa, que no disfrutemos de esa fiesta. ¿Por qué? Cuando precisamente lo que queremos es que nadie tenga que decirle a ninguna mujer que se deje vencer por el miedo, que no puede salir a la calle por si le pasa algo. Cuando además, llevamos años trabajando para conseguir unas fiestas con menos agresiones, como dice Irantzu (gracias, gracias).

Las mujeres de Pamplona llevan años trabajando y saliendo a la calle para exigir su derecho a tener las fiestas con las que sueñan, unas fiestas en las que sean libres. De hecho, las mujeres que nos estamos organizando para exigir nuestro derecho a disfrutar en nuestros pueblos de las fiestas con las que soñamos, unas fiestas en las que seamos libres, tenemos mucho que aprender de las mujeres de Pamplona.

 

Desde Pamplona se lleva años luchando contra las agresiones, pero parece que no interesa darlo a conocer y sí nos hartamos de ver otra imagen en los medios. No sé si sabéis por ejemplo, que se realizan acciones como la mani feminista de la noche del 4 de julio, que es una de las cosas más impresionantes que podréis ver en mucho tiempo. No lo sabéis porque no sale. Llevamos años aguantando como quieren degradar y sacar una imagen de nuestras fiestas, que no se corresponde con la realidad o que al menos, no dista mucho de lo que sucede en otras fiestas como las ferias andaluzas, las fallas o las noches de San Juan. Las mujeres de Pamplona, igual que las de todo el país, estamos hartas de que no podamos disfrutar de nuestras borracheras tranquilas, de pasar miedo cuando volvemos a casa, de que los mamotretos ocupen nuestro espacio, nos baboseen, nos increpen. Tenemos miedo, como todas. Sabemos que habrá agresiones, pero aquí estaremos para gritar, para enfadarnos, para empujar babosos, para apoyarnos más que nunca entre nosotros.

 

No queremos quedarnos en casa, ni que nos digan lo que tenemos que hacer. Queremos participar más que nunca en nuestras fiestas, participar en todos los actos de sanfermines, pero también en los de reinvindicación, que este año haya más que nunca, queremos ponernos el pañuelo, el pin, la camiseta contra las agresiones. Queremos ponernos lo que nos de la gana, queremos que todas seamos libres.

Por eso, amigas, os necesitamos aquí, en sanfermines. Necesitamos que nos apoyéis, que nos escuchéis, que os unáis a la fiesta, a las manis, a lo que queráis. Pero que nadie nos diga que no hay que salir, que te puede pasar algo malo. Eso no es un boicot, es un castigo. Un castigo a las mujeres. La mejor manera de pedir unas fiestas mejores es hacer de las fiestas un lugar mejor, ocupando las calles y los bares. Saliendo al vermú por San Nicolás y decirle al señor mayor que deje de llamarte OYEGUAPA,  saliendo a bailar con tus amigas, a perrear y a ligar. Saliendo a ver a los gigantes y cabezudos, a comprarte merchan feminista (porque chapas sexistas no podrás porque están prohibidas)  a bailar hasta las mil en el Cavas, a creerte la más indie en el Txintxarri, a desayunar churros en la Mañueta, a no dejar que se te cuele ningún guiri haciendose el graciosillo mal, a señalar al baboso de turno y echarlo del bar (esto pasa desde hace años, de verdad). Venid y bailar con nosotras. Os queremos aquí, os queremos libres.

 

 

 

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