No os estoy mintiendo, no os estoy prometiendo lo imposible, no os hablo sin conocimiento de causa: existe, funciona y es puto increíble. 

Yo no sé si vosotras sois súper organizadas, si siempre tenéis cerveza y vino blanco en el frigo, si nunca compráis la coca-cola a última hora… Yo no, yo no soy así, yo no soy así ni un poco. Yo soy la típica que un colega me dice que viene a verme y entonces me toca bajar a comprar lo que sea para no parecer una cutre, en el súper nunca hay bebidas frías (o no las que me gustas) y siempre acabo en el Alimentación comprando casi al doble.

¿Cuál ha sido entonces mi última adquisición para que eso deje de pasarme en bucle?

Un aparato que enfría la cerveza en UNA UNIDAD DE MINUTO, SESENTA SEGUNDOS. 

También te enfría el vino blanco cuatro. OJO CUIDAO.

¿Cómo funciona? Poniendo agua y hielo. Y ya. Tú echas agua y hielo, la enciendes a la corriente, esperas un minuto y cerveza fresquita como si estuviera recién sacada del frigo. ¿Imprescindible? Yo digo sí.

¿Pegas? Pues supongo que solo encuentro una y es el tamaño. Mi cocina no es muy grande, de almacenaje no voy sobrada y ocupa espacio. ¿Merece la pena el espacio que ocupa para lo que ofrece? Definitivamente.

Os dejo aquí el enlace, os doy las de nadas. Si no lo queréis para vosotras, estoy segura de que tendréis alguna amiga como yo a la que le hará MUCHÍSIMA ilusión recibir un regalazo como este. No es baratísimo, pero es una fantasía.

 

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