Siempre he sido la chica de los kilitos de más, segura de si misma, alegre y deshinibida. Pues bien, con mi primer novio, ese por el que hubieras dado un pulmón de lo tontamente enamorada que estabas, me pasó una experiencia de esas que dices: trágame tierra.

Estábamos en su casa, en el salón, se suponía que en su casa no había nadie, estábamos en esos besuqueos pasionales donde las manos van y vienen para todas partes. La verdad es que el tipo sabía donde tocar y ya me tenía a full de ganas, así que bueno, la ropa fue volando. La cosa se puso más que hot y yo ya había olvidado donde estaba. En el sillón dimos rienda suelta a la pasión y cuando estábamos en lo mejor del polvo escucho un grito.

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Abro los ojos y la abuela del susodicho estaba parada en las escaleras, obteniendo el primer plano de mi culazo. Su cara de sorpresa y la mía de vergüenza, en un dos por tres estaba con mi ropa puesta, sentada en el sillón que de la pasión pasó a la humillación. En mi cabeza pasaron todas las torturas que pasarían luego, cuando la abuela le contara a todo el mundo lo que pasó… El asunto es que este novio me dice: eh, tranquila, que mi abuela es sordomuda y le encanta ver el canal del Playboy, así que seguro no dice nada. Y así fue.

Yo de una pieza sin decir ni pío, tomé mi cartera y salí corriendo del lugar. Después cada vez que la abuelita me veía por el barrio me hacía señas claras con sus manos recordando la escenita ????????
¡Inolvidable!

Anónimo