Este follodrama me pasó hace ya tres años pero me duele solo recordarlo.
Fue justo antes de conocer a mi actual pareja que viví una etapa de ‘vivalavida’ maravillosa en la que me follé a todo lo follable. Y claro, de todos esos polvos surgieron historias maravillosas y otras como la que hoy vengo a contar.
Conocí a Xoán en un cumpleaños. Bueno ya nos habíamos visto alguna vez por amigos comunes pero nunca nos habíamos parado a hablar hasta esa noche.
Como os comentaba, yo iba salidísima por la vida y en cuanto vi que Xoán me seguía el rollo aplaudí con las orejas. Cuando los del cumpleaños decidieron pasar del piso donde se celebraba la fiesta a una discoteca, nosotros nos escabullimos y nos fuimos a su piso directos. Se notaban las ganas de ambos por mojar el churro y la verdad es que había mucho feeling. No es que fuera Brad Pitt pero tenía esa labia y verborrea que a mi realmente me bajan las bragas.
Xoán era moreno, no muy alto pero con unos ojos verdes muy bonitos y una barbita de tres días que le quedaba bastante bien.
Normalmente yo soy muy fan de las ‘barbas de 3 días’, pero claro, eso era porque ninguna me había atacado como lo hizo la suya esa noche.
En cuanto llegamos a su piso y nos empezamos a morrear más apasionadamente ya me di cuenta de que el colega tenía unos cañotos duros como tornillos saliéndole de la barba. Notaba cómo me iban arañando la piel, pero ya sabéis que en el fulgor de la batalla el dolor desaparece y chica, yo tenía tantas ganas de mambo que me daban igual unos rasguñitos.
No le dejé comerme el coño por miedo precisamente a que me dejase aquello en carne viva con aquella barba asesina. Pensé que la cosa iba a quedar ahí pero entonces empezamos a follar. Me la mete, se frota contra mi y…
MECAGOENLAVIRGEN
Que en vez de pubis el chaval tenía una lija. La misma barba asesina de la cara la tenía también en los pelos del rabo y yo me debatía entre gritar de placer o de dolor por el froti froti.
Tardó poco en correrse, gracias a Dios. Y yo reconozco que disimulé un poco para acabar con aquello lo antes posible.
Al día siguiente tenía la carita roja llena de rozaduras y el chichi en carne viva. Una maravilla.
Ojo con las barbas de tres días que las carga el diablo.
Anónimo
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