Desde muy pequeña he sido muy activa sexualmente (conmigo misma) así que cuando me eché mi primer novio, en cuanto tuvimos oportunidad perdimos la virginidad juntos.


Una de mis fantasías más recurrentes siempre ha sido la de jugar a los médicos así que influenciada por la revista Vale, a la cual era adicta, en seguida se lo propuse a mi churri. A él le pareció buena idea así que una de mis mejores amigas me dejó el kit de médicos del chino y una bata blanca que ella había adquirido para esa misma finalidad (ya, yo tampoco entiendo cómo compartíamos esas cosas pero eramos jóvenes y sin sueldo).


Días después llega la noche señalada para hacer realidad mis sueños más prohibidos y él se pone la bata, sin nada debajo, y empieza a hacerme el reconocimiento médico. Que si me ausculta, que si me revisa todo el chasis, que si los bajos… Y de pronto, ¡siento que hay un objeto no identificado introducido en mi vagina! Le digo que qué coño me está metiendo en el coño, valga la redundancia, y me dice que tranquila, ¡que es el termómetro! Le dije que parara, que el kit era prestado y me parecía una cerdada hacer eso.


Al día siguiente le devolví a mi amiga su maletín de médicos sin el termómetro. Ella se dio cuenta y me preguntó donde estaba y le dije que en la basura, que no pidiera detalles… A los dos días de la penetración con el termómetro del chino, empecé a tener picores ahí abajo, que fueron en aumento. En efecto, tenía una buena infección por hongos y tuve que pedirle a mi madre que me llevara al médico, y ella sorprendida de que cogiera los hongos sin haber ido a la piscina ni nada de eso, si ella supiera…


Os doy un consejo, no dejéis que os penetren con juguetes infantiles de dudosa calidad y menos si ya han sido usados para tal fin. Ahora siempre que les digo a mis hijos que deben prestar sus juguetes por dentro pienso que no siempre es buena idea…

Anónimo

 

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