Follodrama: nos grabaron en la calle mientras nos metíamos mano

 

Hay gente muy rara por el mundo, eso lo sabemos todos. Y en cuanto sexo y fetiches se refiere ya no te quiero decir. De eso va la historia de hoy, de depravados que hacen cualquier cosa para ver cumplidas sus fantasías, incluso si eso incluye romper la intimidad de otras personas, vulnerar el derecho a la propia imagen y, básicamente, ser respetuoso con los demás.

Estaba en el bar de siempre con mi nuevo ligue, los dos mirándonos sin parar, cachondos ya como una mona, que si rozadita por aquí, que si miradita por allá, que si estamos más pegados de lo normal. En esto que voy al servicio y me lo cruzo al salir. Claro, si ya tienes toda esa tensión sexual acumulada, y os veis a solas en un espacio más o menos solitario, pues pasa lo que pasa. Fue como un vídeo porno, de repente nos estábamos comiendo la boca lo más grande, y tenía ya mis manos en su polla.

En esto que estamos ahí, apartados de la puerta principal de los servicios, magreándonos, pero en un hueco en el que nadie pasaba y muy escondidos. Después de un rato largo, me dio tiempo a hacerle una paja, él me chupó el coño de arriba abajo, me giro para cambiar de postura y me la sensación de que alguien nos mira. Muy posible, por otra parte, porque la discoteca estaba bastante llena. Intento enfocar la vista y hay un señor como de 45 años mirándonos fijamente y grabando con el móvil.

Se lo susurro al chico, que impactado se sube los pantalones y se dirige directamente al tipo a pedirle explicaciones. Intentó correr, pero le corté el paso y le dije que como intentara escapar llamaba a la policía de una. Borró el vídeo delante de nosotros, y nos pidió perdón 80 veces, decía que le poníamos mucho y que quería guardarlo para verlo otra vez más adelante (a ver Ramón, ya nos imaginábamos, no vas a querer ese vídeo para hacer un estudio sobre cefalópodos la verdad).  Yo no me fiaba de que lo hubiera borrado, sinceramente, además de que aunque borres algo en tu móvil puede recuperarse (o podía haber subido una copia a la nube, haberlo reenviado por whats app…) Así que avisé al de seguridad, que inmediatamente lo separó a un lado y llamó a la policía. Todo se solucionó bastante fácil gracias a dios, la policía requisó el teléfono, pasamos una noche en comisaría y poco más, pero lo mejor de la historia es que nos multaron también a nosotros.

Se nos había olvidado en todo este proceso que follar en lugares públicos está un poquito prohibido amigas. Pero al menos, cogimos a ese canalla y salimos sanos y salvos. Si en alguna ocasión se os presenta la oportunidad de follar en una discoteca, hacerlo con la puerta cerrada. Y si es un lugar público diferente, ya sabéis a lo que estáis expuestos, avisadas quedáis.

Te falta perreo