Hola chicas,  acabo de recordar esta historia  al leer otro follodrama similar, y he venido directa a contarlo.

Era el día de mi cumpleaños y había alquilado un local para celebrarlo con los amigos. El local lo compartí con otro cumpleaños y los invitados de los dos nos mezclamos. Por ahí andaba él, no me voy a molestar en ponerle nombre falso, porque no me acuerdo del verdadero y lo mismo si se lo pongo, acierto.

Me miraba cada vez que me acercaba a la barra a por algo para agasajar a mis invitados y como era mi cumple pues también le pase el plato de las palomitas bañadas en chocolate (los Ferrero Roche de las pobres, vaya). Mis amigas andaban todas dándose bailecitos molones delante de él, pero él parecía tener el poder de atravesarlas con la mirada para verme a mí.

Como era barra libre pues me pasé un poquillo en mis visitas a la barra. El caso es que este mocetón me encontró tratando de encontrar un taxi en la puerta pero yo le saqué las llaves de mi coche (quizá todo esto sea un poco licencia literaria para que no me llaméis temeraria).

El caso es que le acabé dando las llaves de mi coche…

Íbamos solos. Nos presentamos, me dio su nombre falso y yo el mío verdadero. Y le invité a mi segundo cumpleaños. Porque aquel engendro de fiesta cutre no era mi cumpleaños… Mi verdadero cumpleaños era en un garito de la calle Barquillo donde se ponía buena música funky. Allí habíamos quedado, ya solo los cuatro gatos a las que nos gustaba esa música. Somos supervivientes de la Stone en Torrejón y del Voltereta en Madrid.

Cuando aparcamos empezamos a liarnos. Él en el asiento del conductor y yo al lado…
No sé lo que duró el magreo pero 15 minutos a lo sumo. Después saqué el chaleco fosforito a falta de kleenex y perdí de vista a mi partenaire.

PUES YA ESTARÍA

Tuvo un pedazo orgasmo sin sacarse la picha del vaquero, sin sacarme yo una teta del corsé y sin haber intervenido mano, ni boca, ni ano, ni nada. Que solo me queda pensar que la palanca de cambios le había sodomizado.

Él huyó, después de ponerme perdido el chaleco del Ikea. Creo que no hacen falta más detalles.

Yo seguía borracha y ahora ¿cómo me voy al antro?
Porque a todo esto…. Coño, que era mi cumpleaños.

Olga Móstoles

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