Siempre he sido muy atrevida en el sexo. Me gusta experimentar cosas nuevas, no me cierro a nada. Por eso, aquella vez que me invitaron a participar en un trío no lo dudé.

La historia fue bastante rocambolesca. Andaba yo con un chaval quedando, conociéndonos, ya sabéis. No teníamos nada serio, solo sexo sin compromiso. Un buen día me propuso hacer un intercambio de parejas con unos amigos suyos. Y yo, que cómo os digo no me opongo a nada, me gusta probar cosas nuevas, le dije que sí.

Quedamos los cuatro para conocernos. Pensamos que era mejor quedar un día para tomar unas cañas para que entregarnos a la pareja del otro no resultara tan violento. Yo me sentí super a gusto, me cayeron genial y me parecieron ambos bastante monos. La idea era quedar otro día para dejarnos llevar por la pasión, ya me entendéis.

Al día siguiente recibo un WhatsApp de la chica, llamémosla Rocío. Y me dice directamente que les he encantado, pero que prefieren su novio y ella hacer un trío conmigo, y dejar fuera a mi rollete. Por lo visto, mi ligue y su novio eran muy amigos, y el mío siempre ha estado muy interesado en ella, pero Rocío no quería nada con ese chaval. Sin embargo, yo le había parecido super maja y le apetecía mucho probar cosas nuevas conmigo, me dijo.

Me quedé un poco en shock, no me esperaba algo así. La idea era montármelo con su novio mientras Rocío se lo hacía con mi follamigo, pero si suprimimos a un tío de la ecuación, iba a ser yo con una chica y un chico, ósea que iba a hacer cositas con ella también.

Me lo pensé unos segundos, no más, y le dije que cuando quedábamos los tres. Me despertaba mucha curiosidad hacerlo con una chica, porque nunca había estado con una, y si añades al novio mirando, me provocaba una excitación extrema.

Unas semanas más tarde quedamos los tres para ir a un bar liberal. Al morbo del trío se le añadía más gente por allí follando y mirando. Nos tomamos unas copas y al ratito ya estábamos al lío en la piscina del local.

Tengo que reconocer que me centré en Rocío. Su novio estaba buenísimo, pero me interesaba más ella.

El hecho de no haber estado nunca con una chica me creaba mucha curiosidad. Con él también hice cosas, pero fue un setenta a treinta. A él por supuesto, mucho no le importó, creo que ver a su chica montándoselo con otra mujer fue más satisfactorio que cualquier cosa que le pudieran hacer a él.

Fue una noche increíble. Quedamos en no contarle nada al otro chico, sería un secreto entre los tres. Y también acordamos volvernos a ver. Pero al final fueron pasando los días, los meses y nunca volvimos a quedar.

Rocío y yo seguimos hablando algún tiempo. Nos hicimos algo así como amigas. Alguna vez que otra nos mandábamos mensajes subidos de tono. A ella también parece que le gustó eso de experimentar con otra mujer. A ratos hasta llegué a dudar de mi sexualidad. Siempre me he considerado hetero, pero después de aquello, de sentir el cuerpo de Rocío junto al mío, de lamer sus pezones, de saborear su sexo, me plantee ciertas cosas.

Supongo que al final fue una simple noche de pasión, que tener a su novio mirando me estimuló. Al final, Rocío y yo dejamos de hablar y perdimos el contacto. Pero yo nunca olvidaré su dulce piel pegada a la mía.

 

Anónimo