Green flags para recuperar la fe en los orgasmos y el buen sexo

 

¿Cuál es el mejor momento para hablar de buenos polvos? Cuando acabas de echar uno. Uno de esos polvos que te hacen mirar a tu compañero sexual en silencio y pensar: «¿dónde has estado toda mi vida y por qué no me has alegrado el chumino antes?». 

Por suerte, mi cuerpo lo está gozando con uno de esos compañeros sexuales. ¡Un saludito para él, que me estará leyendo! Así que voy a aprovechar el subidón de todas las hormonas del placer y la felicidad habidas y por haber para hacer una recopilación de algunas virtudes que todo compi sexual debería tener y de aquellos comportamientos que siempre serán una buena señal:

El respeto a los límites 

¿Habéis visto la facilidad que se tiene durante la infancia a la hora de decir que no a todo y lo bien que se entiende su significado? Pues algunos llegan a adultos y les entra una amnesia de lo más tonta, sobre todo en la cama. Tener que regular legalmente que no significa no y que ese significado no varía hasta que dices abiertamente lo contrario dice mucho de cierto sector de la población. Por ello, por suerte es una gran noticia tener a alguien con quien poder mantener relaciones sin tener que estar pendiente todo el tiempo de que no sobrepase tus límites y sepa respetar tus deseos. 

 

Que sea un buen comunicador

No es necesario cambiar Tinder por un curso de oratoria, pero vaya, hay un par de cualidades que está muy bien tener: saber comunicarse y saber escuchar. El poder de leer las mentes está reservado a unos pocos y aún está por ver que sea real y no un timo, así que por el bien de ambas partes, en la cama hay que expresar lo que se desea y se necesita. Al mismo tiempo, hay que aprender a escuchar lo que la otra parte espera de la experiencia.

Que esté dispuesto a tener un papel en los «marrones» 

Porque sí, cariños míos, el sexo es delicioso pero conlleva sus riesgos. Los accidentes ocurren y es bueno contar con alguien que, en ese momento de estrés, permanezca a tu lado si así se lo pides o te dé espacio si se lo pides. Cuando crees que puedes estar embarazada sin quererlo o tener un problema de salud, es bueno poder pedirle a esa persona que mantenga una determinada posición y lo acepte. Por cierto, esa persona también estará en un momento de mucho agobio, así que también hay que dar espacio a sus necesidades (no confundir necesidades con actos de irresponsabilidad e inmadurez, ojito). 

Que no se centre en «meterla» 

La penetración es como un pececillo en el mar: valioso pero una pequeña parte del conjunto. Vamos, que el coito está muy bien y hay mucha gente que lo considera parte fundamental de la relación sexual para sentir verdadera satisfacción. Pero para muchas es solamente un “algo más” a hacer en la cama. 

 

Que cuide el “después” 

Quizá para algunas de vosotras, es irrelevante el momento tras el sexo. Quizá no os importa demasiado si la otra persona se queda a hablar un rato en la cama o si directamente se levanta y se alarga satisfecho por el “deber cumplido”. Pero para algunas, lo que ocurre a continuación es importante, pues nos dice algo más de nuestro compañero sexual. Tener una conversación interesante o divertida, que te mimen un rato… Pues mirad, qué queréis que os diga… Detallitos que se agradecen y suman puntos, oye… 

Mia Shekmet