Como siempre, la culpa es del porno. En el porno he visto yo polvos de cincuenta minutos de reloj. Que ya no sabía si sacarme unas palomitas o aprovechar para echarme una cabezadita entre agujero y agujero. Del porno, y de este extraño pensamiento que tienen los chicos y que se transmite de generación en generación de «aguantar más es de machotes». Desde bien jovencicos se deben de autoeducar en no correrse antes de los treinta minutos, y con mis propios ojos he visto yo cómo se putean los unos a los otros con el que tú no aguantas, que tú no llegas, que tú no sé qué, que tú no sé cuanto. Eso les cala, a los pobres, y luego la que sufre soy yo, años después, cuando me los encuentro y, de verdad, os lo digo como lo siento, se cansa ya una de tanto aguantar follando.
Pasar un par de horas con un chico/a en la cama me parece lo más. Que si un poco de jijí jajá, que si te desnudo, que si te beso, que si te toco, que si te lamo, que si un poquito de sexo oral, que si te la meto pero no, que al final te la he metido, y después otro ratico de besos, mordiscos, suspiros y te la vuelvo a meter está genial. Pero pasarte un par de horas de metesaca vamos, eso no es que sea aburrido, es que es una auténtica tortura.
Que sí, que he exagerado un poquito con lo de dos horas de metesaca, pero os juro por lo más sagrado que yo he tenido polvos de más de una hora y es que ya no sabía si reír o si llorar. Un escozor, un cansancio, un dolor, una insatisfacción… y con semejante panorama, ¿cómo iba a llegar al orgasmo el chico? Si yo lo entiendo, pero qué queréis que le haga. A mí me gustan los polvos cortos pero intensos. Pim pam pim pam pim pam y nos quedamos los dos como nuevos.
Dame dos o tres polvos de entre diez y quince minutos mejor que uno de una hora. Dónde tengo que firmar. Y lo peor de todo es que aunque a mí este tipo de polvetes me parecen perfectos a todos los niveles, por lo que me voy encontrando por ahí, la equivocada debo ser yo, porque me he tenido que cruzar con alguno que hasta paraba para no correrse y aguantar un poco más… ¡vamos! ¡volverme loca!
Aprovecho este altavoz que me da Weloversize para hacer llegar mi mensaje lo más lejos posible: follar esta bien, claro que sí, si en eso estamos todos de acuerdo. Pero como bien dice el refrán, lo poco gusta y lo mucho enfada. O, como me gusta decir a mí: los polvos, si breves, dos veces buenos.
