Guilty Pleasure significa literalmente “placer culpable”. Son esos gustos bochornosos que nos avergüenza confesar, pero que disfrutamos como enanas. Y la Navidad está repletita de ellos. Aquí algunos de mis favoritos:

– “All I want for Christmas is you” de Mariah Carey.

Reconócelo. En cuanto empiezan a sonar las campanitas del principio, todo tu espíritu navideño se viene arriba. Cierras los ojos y, con gesto compungido, tratas de tararear (porque nunca llegarás a saberte la letra entera) este himno de las fiestas. Si eres una valiente, cantarás hasta el final con falsete y todo. Si eres como yo, harás playback en los agudos, eso sí, con mucho sentimiento.

 

– Love Actually.

Dirás: ¿por qué va a ser este peliculón un placer culpable? Pues porque si te pones a analizar sus historias igual se te cae un mito. ¿Un tío que se enamora de la chica que le limpia la casa, con la que no ha podido hablar porque ninguno maneja el idioma del otro? ¿Un chico que se va a EEUU sólo para trincarse a churris que sean más fáciles que las inglesas? ¿El Primer Ministro que se lía con la secretaria? Ejem… muy feminista no es.

– La gala hortera de Nochebuena.

Estás hasta las orejas de cordero asado y vino, cuando tu abuela saca la bandejita de los turrones y enciende la tele. Y ahí está. El programa más absurdo del año. Con sus presentadores bien cubiertos de lentejuelas, sus bailarinas sonrientes y sus actuaciones de David Civera. Y no solo te la tragas… sino que la disfrutas.

 Captura de pantalla 2017-11-28 a las 9.47.28

– La sidra El Gaitero.

Igual es porque soy asturiana o igual es porque es famosa en el mundo entero. La cuestión es que cada año caigo en ese brebaje del diablo que sabe a rayos, revuelve las tripas y da una resaca digna de Paris Hilton. Pero ¿qué sería de la Navidad sin esa versión baratuela del champán?

 

– El vestido de Nochevieja.

 “Yo este año no salgo” o “este año solo voy a tomar algo a casa de unos amigos”. Ajá. Ya. ¿Entonces por qué llevas desde noviembre mirando compulsivamente vestidos de brilli brilli en Asos? Y más vale que lo hagas, te aviso. Basta que un año no te molestes en tener preparado el modelito, para que dos días antes se te presente el planazo del siglo. Es la ley de Murphy versión fiestil.

– Los propósitos de Año Nuevo.

Jajajajajajajajaja. Ay, perdón. Es que me estoy acordando de la lista que hice para este año y… jajajajajajaja. En fin. Si quieres autoconvencerte de que vas a leer más, o de que vas a llorar menos, o de que vas a seguir tus sueños y buscar un curro de lo que realmente te gusta, me parece perfecto. Eso sí, no te apuntes al gimnasio sin habértelo pensado bien, que darse de baja es dificilísimo.