Eso es lo que pienso yo: hasta nunki. Porque realmente eso no es amistad nenas, eso es interés. Y la que diga que no, está más ciega que un topillo.

Yo no digo que no tengamos pareja nunca y que seamos siempre el escuadrón de Sexo en Nueva York. Pero todas tenemos tiempo para todo.

Muchas veces, cuando tenemos pareja y tenemos que hacer cosas en casa, pues el tiempo no es el mismo que cuando tenemos 20 años y somos flores solteras sin responsabilidades.

Pero el equilibrio siempre es bueno, y las amistades que son genuinas hay que cuidarlas e invertir cierto tiempo en ellas.

¿Y por qué digo hasta nunki?

Pues mirad chicas, porque tengo una amiga que lleva siendo mi amiga desde que tenemos 5 años. Ahora mismo tenemos 30 y en todos estos años de amistad sólo ha invertido tiempo en mí, cuando se ha quedado soltera. ¿Y por qué? Porque ha necesitado a alguien para salir y conocer a su siguiente pareja.

Todo empezó cuando teníamos 15 años.

Teníamos un grupo de amigas y éramos una piña, pero mi amiga, un día decidió desaparecer. Resulta que se había echado un novio y quería pasar todo el tiempo del mundo con él.

Nosotras le decíamos que tenía tiempo para todo y que no dejara sus amistades de lado. Pero ella iba a su bola y creía que lo más importante en ese momento era estar el 100% de su tiempo con su chico.

Resulta que estuvo con su novio 6 años, y cuando teníamos 21 años, ella volvió a la escena, con el corazón partido y pidiendo ayuda.

Llevaba sin saber de ella 6 putos años. Ni una felicitación por mi cumple, ni un “Hola ¿Cómo va?”. ¡Nada! Pasó de todas las amigas durante 6 años enteros y un día, de repente me llama y me dice que lo ha dejado con su pareja.

En ese momento me dieron ganas de gritarle “Hasta nunki” por el teléfono, pero empaticé mucho con ella y le abrí el ala para que se sintiera mejor.

Por aquella época yo estaba en la Universidad. Las amigas del cole estábamos cada una en una ciudad distinta. Así que yo le presenté a los amigos que había hecho en la Universidad y empezó a salir con nosotros de fiesta.

Se unió al grupo como si conociera a todos desde hace año y pasamos un año increíble saliendo de fiesta a tope.

¿Y qué pasó? Una noche, se lió con un chico, empezaron a salir y la que me dijo “Hasta nunki” fue ella.

Pasó de salir con nosotros todos los viernes y sábados a no responderme ni a los whatsapp.

Desapareció por completo. Yo estaba flipando, no me podía creer que estuviera haciendo lo puto mismo otra vez. A menudo le escribía y le decía “Acuérdate lo que te pasó con tu primer novio, no cometas los mismos errores”.

Pero la verdad es que intentar comunicarme con ella era como darse de puños contra una pared.

3 años después, después de un silencio desolador y la más brutal indiferencia hacía mí, volvió a llamar. Obviamente, lo había dejado con su pareja y necesitaba alguien con quien estar. Yo estuve a punto de darle el “Hasta nunki” definitivo. Pero chicas, no pude. Lo siento, veo a una persona así y no puedo no tenderle la mano.

Así que volví a acogerla en el grupo de amistades que tenía con gente que había conocido en el trabajo y volvimos a vernos prácticamente todas las semanas.

A veces quedábamos con los amigos de la Universidad y a veces con otra gente.

La verdad es que yo, a lo largo de mi vida, he hecho distintos grupos de amistades y llevaba a mi amiga conmigo allá a donde fuera, porque ella estaba completamente sola.

Pasamos un par de años muy buenos, saliendo de fiesta, a cenar, hacíamos excursiones y otro tipo de planes.

¿Pero qué sucedió? Que yo me marché a vivir a Londres, después a Madrid y en total, pasé más 6 años fuera.

El mismo año que yo me fui a vivir fuera, ella conoció a su pareja y entonces dejó de quedar con la gente que yo le había presentado.

Volvió a hacer bomba de humo, pero bueno, tampoco me importó demasiado porque yo estaba fuera y tenía otro grupo de amistades.

¿Cuándo me di cuenta de que debía decirle “hasta nunki”?

Varios años después, cuando yo regresé de Madrid me vi un poco sola. Tenía pareja por aquel entonces, pero yo siempre había sido una persona muy social y echaba de menos las quedadas de amigos.

De las amigas del colegio, muchas habían tenido ya hijos y otras ni si quiera vivían en la ciudad. De los de la Universidad, sólo quedaban 2 en mi ciudad y de los amigos que tenía del trabajo, estaban prácticamente todos pendientes de sus hijos, porque además eran todos mayores que yo.

Me vi bastante sola y acudí a mi amiga. Ella llevaba ya muchos años con su pareja y se había integrado en el grupo de amigos de su pareja. Ella solía quedar con ellos y hacer planes con el grupo de amigos de su novio.

¿Cuál fue mi sorpresa? Que cuando acudí a ella, su respuesta fue completamente negativa. Me dijo que yo había estado desaparecida un montón de años y que era una interesada.

Vamos, que cuando ella no necesitaba nada de mí, no le interesó ser mi amiga o echarme una mano.

¿Cómo te quedas?

Yo no podía creerme lo que estaba escuchando. No le saqué en cara todo lo que había hecho por ella un montón de veces. Simplemente me di cuenta de que no podía contar con ella para nada.

Entonces dejé el tiempo pasar y poco a poco fui conociendo gente y volví a formar un grupo de amigas de mi edad. Nos los pasábamos súper bien juntas y hacíamos planes. Muchas de nosotras teníamos pareja y también hacíamos planes con nuestras parejas.

Y entonces pasó chicas. PASÓ.

Ella lo dejó con su novio y acudió a mí, para que le volviera a incluir en mi círculo social.

¿Sabéis que le dije? HASTA NUNKI.

Anónimo

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