En las navidades del último curso de infantil de mi hijo llegó un niño nuevo a su clase. Es un colegio pequeño y en su aula son solo veinte alumnos que llevaban dos cursos y medio juntos, por lo que estaban muy unidos. Como la pequeña familia que eran, la maestra y los peques se volcaron en dar una buena acogida a su nuevo compañero y en ayudarle a que se integrara de la mejor manera. Dado que estaban también recién llegados a la ciudad, los otros padres procuramos ayudarles a hacerse con las dinámicas de la escuela, con el barrio y esas cosas. Lo que haríamos por cualquiera en su situación. Aunque quizá en este caso un poquito más, porque el chiquillo era huérfano de madre y el padre estaba un poco abrumado con todos los cambios que estaban viviendo.

Historial real: Nos pedía dinero para la enfermedad de su hijo y resultó ser todo mentira
Foto de Ksenia Chernaya en Pexels

A finales de enero se celebró un cumpleaños y el niño nuevo fue invitado. El padre se quedó en el local de la fiesta y estuvo hablando con el resto. Mientras los chavales se lo pasaban en grande jugando, los adultos nos enterábamos de que su hijo estaba gravemente enfermo. Nos contó que tenía una enfermedad rara. Había muy pocos casos en España y el tratamiento que le daban en la seguridad social apenas obtenía resultados. Su salud y su calidad de vida no dejaban de empeorar. Se habían mudado a la ciudad por el niño, porque aquí había un médico que conocía la enfermedad y que, después de valorarlo, había aceptado tratarlo y les había dado grandes esperanzas. ¿El problema? El tratamiento se prolongaría durante muchos meses, la supervisión necesaria sería constante y las pruebas previas prácticamente le habían dejado sin los pocos ahorros que tenía.

 

Qué horror, pobrecillos los dos. Nos queríamos morir de pena mientras le escuchábamos hablar. Ese niño había superado la cuota de desgracias de toda una vida en tan solo un puñado de años. No tardamos en solidarizarnos y preguntarle qué podíamos hacer para ayudar. Y nos vinimos muy arriba. Alguien comentó que iba a iniciar una petición en Change.org, otro dijo que tenía un conocido en Sanidad… No sé exactamente cómo surgió, pero en algún momento alguien se ofreció a organizarnos para recaudar dinero. El hombre hasta se emocionó y lloró de puro agradecimiento.

Las cosas se pusieron en marcha, conseguimos que el colegio colaborase y entre el evento que se hizo allí y las aportaciones que fuimos haciendo los que ya nos podíamos considerar su círculo más cercano, recaudamos varios miles de euros.

Historial real: Nos pedía dinero para la enfermedad de su hijo y resultó ser todo mentira
Foto de Liza Summer en Pexels

El niño inició el nuevo tratamiento poco después y, por suerte, le iba muy bien. Pudo empezar a practicar deportes incluso. Estábamos todo felices por ellos. Sin embargo, la alegría no duró demasiado. El niño empezó a faltar a clase cada vez más a menudo. Nos interesamos por él y el padre nos informó de lo que ocurría. El dinero se había agotado y el tratamiento había tenido que ser interrumpido. Estaba tan desesperado que, con más miedo que vergüenza, nos pidió dinero. Una cantidad concreta, además.

Admito que a mí me coló, como a algunos otros. Menos mal que en todos los grupos hay alguien avispado. Una de las madres empezó a indagar por su cuenta y, en cuestión de días, se desveló el pastel.

 

Al parecer, el tipo era todo un profesional de la estafa y nosotros éramos los enésimos pringados que caíamos en sus mentiras.

Por lo menos el niño, que no tiene culpa de los pecados de su padre y tuvo que cambiarse de colegio por segunda vez el mismo curso, estaba totalmente sano.

 

Escrito por una colaboradora basado en una historia REAL.

 

Envíanos tus vivencias a [email protected]

 

Imagen destacada