Chicas, a unos días de cumplir veinticinco años me he puesto a pensar en todas las cosas que he hecho en mi vida, en todas las que he logrado y muchísimas de las que me quedan por conseguir. Y es cierto que para todo en la vida siempre hay una primera vez ¿no? ¿Vosotras recordáis vuestras primeras veces con cierto sentido del humor? ¿con nostalgia? ¿Volveríais a repetirlas? Yo la verdad es que no repetiría casi ninguna (me da la risa de pensarlo).

Estaba en el colegio cuando empecé a fijarme en un niño de mi edad (de mi edad entonces, claro). Éramos del mismo pueblo e íbamos al mismo profesor de clases particulares. Ya os podéis imaginar… menos atender al profesor, yo hacía de todo. Él pasaba de mí. De hecho, tenía una novia que años más tarde acabaría siendo mi amiga. Pero por aquel entonces nos odiábamos. Éramos archienemigas luchando por ese niño. Durante mi infancia no conseguí nada con él.

Peeeero… cuando empezamos a ir al instituto él se empezó a fijar también en mí (ya estaba solterito) y un día estando con nuestros amigos, él le dijo a una amiga mía si quería liarme con él. Iban a ser mis primeros besos y yo estaba literalmente cagada por si no sabía, pero aun así dije que sí. Nos fuimos a un callejón donde nadie nos viera y……. NO ME GUSTÓ NADA. Pensaba que la que lo haría mal sería yo, pero es que él parecía que más que dar un beso estaba rebañando un pollo. Me dejó toda la cara llena de babas. Vamos, que lo idealicé para nada. Primer beso de mi vida… desastre total.

Mal beso

La verdad es que mi etapa adolescente, si lo pienso, ha sido bastante bochornosa en ese sentido. ¿Por qué era así? En fin… como os contaba. Cuando tenía ya unos 14 o 15 años (no quiero pensar que tuviera muchos más porque me daría más vergüenza) me empezó a gustar otro chico. Bastante mono la verdad, un año más mayor que yo. Todas las chicas iban detrás de él, pero claro, yo pensaba que, si le confesaba mi amor, por arte de magia ignoraría a todo el escuadrón de chicas que tenía detrás de él y se vendría conmigo. En mi cabeza nos imaginaba como la típica pareja americana popular del instituto.

Yo es que siempre he sido muy imaginativa… el caso es que un día se me ocurrió que sería una magnífica idea escribirle una carta y dársela en un recreo. Creo que no he pasado más vergüenza en mi vida. ¡ABRIÓ LA CARTA DELANTE DE SUS AMIGOS!. Por su puesto no recibí respuesta. Bueno… no volver a hablar, ni mirarnos etc. fue la mayor respuesta. A día de hoy después de más de diez años la cosa sigue igual. No penséis que luego con los años hablamos o algo… no, no amichis…

Otro tema bastante heavy fueron los primeros tocamientos… ay, amigas… qué me decís de “ESE” momento… tengo que decir que me dio un poco de vergüenza porque no sabía cómo se hacía eso. Parecía que estaba agitando un bote de Ketchup al que ya le queda muy poco y tu insistes para que salga lo poco que queda. Si solo hubiese sido eso… justo ese día yo iba caminando a mi casa pensando todo el rato que había tocado mi primer pene. La sensación que tenía no la puedo explicar con palabras. Me sentía un poco más adulta, no sabía si estaba preparada pero ya lo había hecho y de ahí pa’ adelante como como los de Alicante.

Primera paja

Total, que llegué a mi casa a la hora de cenar y mi madre me dijo que me lavase ya las manos y empezara a poner la mesa. Mis padres ya estaban en el salón y yo aún estaba en la cocina cuando de repente escuché a mi madre decir: “¡Hija, tráete el fuet que cortemos unas rodajitas!”. El fuet… lo miré y solo podía acordarme del pene que había tocado hace unas horas. Me acuerdo que, lo cogí por la cuerda porque no lo quería tocar y me da la risa.

En fin, ¿vuestras primeras veces cómo fueron? ¿Guardáis anécdotas graciosas de ellas? Otras son un poco bochornosas si lo pensamos ahora, pero es que, las emociones que sentimos durante la adolescencia son tan fuertes… se viven con muchísima intensidad y eso creo que es lo más bonito. Ahora con los años nuestras primeras veces también las vivimos con ganas, pero muchas veces ya sabemos a lo que nos enfrentamos, o por lo menos nos podemos hacer una ligera idea. Nada chicas, que la vida no nos prepara con un manual de instrucciones, pero nos ofrece muchas vivencias sorprendentes e irrepetibles que nos dejarán recuerdos para toda la vida.