Poco antes de empezar la cuarentena, empecé a descubrir el BDSM a través de un amigo. Mi amigo es dominante y a mí me gusta adoptar el rol de sumisa. Él es ciego. Yo, en silla de ruedas. ¡Oh, vaya, que se puede follisquear duro teniendo más teclas que un piano! ¡Sorpresa, amiga, sorpresa!

Entraré en detalles en otro post. Ahora quiero hablarte de otra cosa. Una de las cosas que me dijo mi amigo fue que él tenía que usar látigos cortos, pues donde va el ojo, va el látigo. Ahí tuve dos pensamientos:

  • “Espera que aún me sacará un ojo con el latiguito de marras…”
  • “Juguetes sexuales accesibles ¡YA!”

Casualidades de la vida, después de la charla con mi amigo, en un curso on-line, la profesora contaba una anécdota. Un grupo de mujeres con discapacidad/ diversidad funcional hizo un tupper sex. La que no tenía sensibilidad cero en la zona genital, no toleraba la vibración. Todo el tupper sex consistía en un amplio repertorio de dildos y vibradores. No noto el chumino, no aguanto la vibración, dildos, vibradores… ¿Ves el problema, amiga? Resultado del tupper sex: todo mal.

Después de escuchar estos testimonios, hago un llamamiento al mundo de los juguetes eróticos: queremos juguetes para nosotras. Y cuando digo juguetes, inevitablemente tengo que incluir la lencería, ya que la ponen también en los escaparates de los sex shops. ¿Has intentado meter a una muchacha con una parálisis cerebral severa en uno de esos trapitos que venden? Para cuando has conseguido meterle un brazo, se le ha ido la libido a pique, ha querido morirse unas 40 veces y ha solicitado ingresar en un convento de clausura.

El satisfyer ha sido el producto sexual del siglo. Todo ser viviente con clítoris se ha comprado uno. Y si no noto nada ahí abajo, ¿qué me succiono? ¿la punta de las narices? Muchas mujeres de este mundo no sienten nada estimulando su clítoris. Necesitan estimular su cuello, sus labios, los lóbulos de las orejas… Vamos, cualquier rincón de su cuerpo menos su chumino. Necesitamos más juguetes para ellas, esos cuerpos están pidiendo un meneo con carácter de urgencia.

¿Y los condones? ¿Qué me dices de los condones, amiga mía? Servidora, con riesgo a desarrollar alergia a látex (espina bífida y látex, una larga historia), no quiere tener que conformarse con un solo tipo de condón. Como adicta a los condones de fresa que soy, los quiero… ¡TODOS! Con sabores, de colores, con lucecitas, con musiquita… Uno de cada libre de látex, por favor.

Señores y señoras que vendéis productos eróticos: nos necesitáis. Nos ofrecemos a testear lo que nos mandéis. Os asesoramos con mucho gusto. Con todo lujo de detalles, oye. ¡Contad con nosotras!

@mia__sekhmet