Siempre he sido gordita (bueno, miento, que tengo fotos a los cuatro años con una camiseta top crop y un vientre plano envidiable). A los 17 años conseguí quedarme en mi peso ideal a base de dieta y, aunque me duró poco, desde entonces siempre me he mantenido entre los 80 y los 90 kilos. A los 29 me quedé embarazada y ahí el asunto se me fue de madre porque desde entonces he sido incapaz de bajar de los 100 kilos.

Mi ya de por sí oronda figura ha visto como un desajuste hormonal (hipotiroidismo) hace que me sea difícil perder peso. Al final lo que acaba pasando es que me tiro una semana a dieta estricta, me peso, me cabreo porque no he bajado y la siguiente semana me pego el homenaje porque «total, para lo que sirve esforzarse». Y mientras tanto, semana a semana, no me gusta lo que veo en el espejo, no me reconozco, ese reflejo no me representa.

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Hay algo que aún no os he contado: tengo un blog y muchas veces hablo de moda. A lo largo de todos estos años me han escrito algunas lectoras dándome las gracias por lo mucho que les ayuda ver que los kilos no están reñidos con la moda. Leo esos mails y pienso «¿cómo voy a decirles que no soy feliz?» así que me autoimpongo el body positive y paso mi vida por un filtro de Instagram. Es cierto que yo sigo haciendo de todo: bajar a la piscina con mi peque, mis estrías y mi bikini; salir a cenar, no parar por casa… pero el momento de «chapa y pintura» es dificilísimo. No me veo bien, me encantaría quedarme en casa y no tener que salir a la calle; pero en vez de eso me fuerzo, salgo y encima me hago una foto para mis seguidoras.

Así pasa, que luego cuando alguna me dice «qué guapa estás» yo solo puedo pensar «es mentira, estoy horrible». Pero… ¿qué hago? ¿Les digo a aquellas que me dicen que les doy fuerza en su día que soy una mentira? ¿Qué gano contando que no es oro todo lo que reluce? ¿No es mejor callar y ayudar aunque sea a una persona si es una actitud positiva lo que necesitan? Pienso que no sirve de nada que yo deje de subir ese tipo de fotos. Total, voy a estar gorda igual y sin embargo puede que alguien al otro lado de la pantalla pueda tener una pequeña revelación.

Soy gorda de manual y sin embargo nunca me había sentido tan mal. Creo a pies juntitas en el body positive pero el que estoy llevando ahora es de mentira y lo sé. Yo no sé cómo perder peso y miro embelesada los programas de la tele sobre adelgazamiento pensando «ojalá yo pudiera…». No soy la que mis perfiles en redes dicen que soy. Cuando me ves sonreír ante una foto en realidad estoy pensando, «a ver si sale una medio decente» y cuando las miro en la pantalla digo «puf, a ver cuál es la menos mala». ¿Soy una farsante?

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Un beso enorme

Sonia

www.sinsaposniprincesas.com

En las fotos: Natalie means nice