La marca Revolve la ha liado parda, eso está claro. Lo que no nos parece tan obvio es si lo han hecho aposta para que estemos aquí todos hablando de ellos, o que ha sido una campaña de marketing mal ejecutada.

La movida es que ha viralizado en redes una de sus prendas. Esta joya de camiseta:

 

La sudadera en cuestión cuesta 162 libras. Vamos, que la marca te quiere cobrar casi 200€ por llevar encima la frase ‘Estar gordo no es bonito, es una excusa’. WTF. Añadamos a esto que a de por si es surrealista, que la talla más grande de Revolve es la 40.

Así de primeras algo no nos cuadraba. Vale que vivimos en un mundo en el que el ‘fat shaming’ esta a la orden del día y nos la meten doblada una y otra vez. Pero… ¿de verdad una marca tan tocha se iba a atrever a lanzar un mensaje tan ofensivo?

Pues bien, en Revolve se han defendido diciendo que la sudadera forma parte de una colección cápsula en la que personajes como Lena Dunham, Cara Delavigne o Suki Waterhouse plasmaban sobre prendas algunos de los peores insultos que han recibido a través de Internet. Dicen que las fotos de las prendas se han filtrado antes de tiempo, dando lugar a confusión al no haber explicado la campaña, cuyos beneficios van a ir destinados a una asociación contra el bullying. Si os fijáis bajo la frase pone en letra pequeña ‘esta frase de la han dicho a @palomiia.

La marca ya ha retirado esta sudadera en concreto de la web y ha pedido disculpas. A nosotras nos sigue pareciendo un poco extraño que no hubiera un mente pensante detrás de todo este escándalo. Si la idea era darle la vuelta a un mensaje dañino y que las mujeres que han recibido ese tipo de mensajes gordofóbicos se empoderen… ¿por qué la prenda solo llega hasta la 40?

En fin. Nos alegra ver al menos cómo la comunidad body positive ha tardado nada y menos en revolucionar las redes y echar para atrás esta confusa campaña. ¿Qué os parece a vosotras?