Los aires de grandeza te dejan la cartera tiesa.

No sé si a ti te ha sucedido, pero yo me he topado ya con varios muchachos que van de pudientes y luego eres tú la pagafantas.

Mi última intención es que pienses que voy detrás de un sugar daddy o que soy una mantenida que solo quiere que la llenen de regalos. ¡No! Pero llevo una temporada en la que me tropiezo con muchos ‘pijos pobres’

¿Sabes qué es?

Un ‘pijo pobre’ es aquel chico de buen ver que siempre va  con marcas y exige regalos caros. Es incapaz de pasar una noche en un hotel barato y que parece limpio. Es aquel a quien ningún restaurante le parece lo suficientemente bueno, pero no suelta ni un mísero euro porque realmente no lo tiene. 

No somos lo que tenemos ni se miden a las personas por su dinero, pero tampoco puedes exigir a la plebe que te trate como aun marqués si no lo eres. ¡Del postureo vive la gente, y lo sabes!

Hace años estuve con un chico que era exactamente así. Trabajaba mucho, pero se le iba el dinero de las manos.

Nunca podíamos salir a cenar si no se aseguraba de que pagaría yo. Hacía turnos extra, pero en vacaciones era imposible hacer una escapadita a la playa. Y eso de pagarlo todo a medias, una utopía. Yo paga el alquiler, la luz, la compra e incluso le hacía regalitos. 

La gracia estaba en que yo era la cutre por ir a las ofertas, porque claro, con este señor hasta el papel higiénico tenía que ser de marca.

‘No hay nada más bonito que ser feliz con lo que tienes’

Esto es lo que dicen mientras te envían capturas de las deportivas más cool del mercado o te tiran la indirecta de que le podrías preparar una visita a Formentera pronto.

Cuando venía su cumpleaños, no aceptaba regalos inferiores a 50 euros, pero el tuyo se limitaba a un vale por polvos y masajes, que no me quejo porque tanto lo uno, como lo otro, siempre viene bien.

En una ocasión, fuimos juntos a la óptica y de antemano sabía de sobra que pagaba yo. Tengo muchísimas dioptrías y era consciente de que mis cristales serían caros. ¿Te puedes creer que sus monturas fueron todavía más caras que todo lo que yo me cogí? El muy pícaro alegó en su defensa que las gafas de marca blanca le daban alergia….

 

Alergia es lo que yo he cogido a la gente que se deja ‘sin querer’ la cartera en casa y que promete enviar un bizum que nunca llega.

Parezco una pesetera, pero lo que pasa es que estoy cansada de que se crean que debo comprar su afecto. Que no se te olvide, los mejores momentos, no se pagan con dinero. 

 

Anónimo

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