Odio a la gente que dice que es bueno echar de menos, que es necesario y hasta hace que una relación sea mas fuerte. Eso lo dicen los cuatro tontos de turno que no tiene las ganas de abrazarle el corazón a alguien aún sabiendo que es imposible.

Llevo echándote de menos desde el día que te dije adiós sin poder despedirme, y eso creo que fue lo mas duro.

Llevo echándote de menos los mismo días que miro tu foto para que no se me olvide tu cara, porque una vez dudé de como brillaba tu sonrisa.

Llevo echándote de menos todas y cada una de las vueltas que da la aguja de el reloj pero tú sigues sin aparecer por la puerta.

Llevo echándote de menos todas las palabras que se me quedaron por decirte y las que dije y debí callarme.

Llevo echándote de menos las veces que huelo tu perfume y me giro y no eres tú, nunca vas a ser tú.

Llevo echándote de menos desde que nadie me llama como tú, desde que tu voz no suena y los silencios llevan tu nombre.

Llevo echándote de menos desde que te fuiste y desde que sé que no puedes volver.

 

Se supone que uno debe recuperarse de los golpes, pero ¿cómo se recupera alguien a quien han dejado K.O.? Puede que pase el tiempo, y que te llore menos o que no asocie cada frase que escucho con un recuerdo a tu lado, puede que los días pesen menos y que algún día 9 se me olvide que pasó, sólo puede…

 

Tenía la suerte del mundo contigo, era la torpe más afortunada porque siempre sacabas tréboles de cuatro hojas de donde no había nada bueno. Ahora me tengo que buscar la suerte, pero te la llevaste toda, o veo todo tan gris que ya nada brilla.

No sé si creer en la justicia, en el mas allá, en el cielo o en el infierno, porque desde que te has ido todo me parece un engaño, pero algo dentro de mi quiere pensar que estás ahí, con tu sonrisa eterna, y me cuidas, como cuando me decías que no tuviese miedo a nada, que tú siempre ibas a estar a mi lado aunque no te viera.

 

La gente debería ser eterna, y tú mas eterno que nadie.

 

Te quiero, mi suerte.

 

El caos de mis rizos