La zona íntima de la mujer es una área que requiere cuidados especiales, para poder mantenerla saludable, con un pH adecuado y libre de las infecciones tan molestas y recurrentes que suelen aquejar a la mayoría de las mujeres.

Es por ello que algunas de las recomendaciones que debemos poner en práctica para tener una higiene íntima adecuada, comienzan por la utilización de productos específicos que nos permitan la limpieza, el cuidado y el mantenimiento de la zona femenina, apuntando siempre hacia la prevención de enfermedades y síntomas incómodos.

Características de un producto de higiene íntima

Elegir los productos adecuados para la limpieza de la zona vaginal es el primer paso a seguir. Para ello puedes acudir a En Suelo Firme, donde podrás encontrar una amplia gama de productos de higiene íntima femenina que se podrán adaptar a tus necesidades y preferencias.

De igual manera es un portal bastante amplio, versátil e interactivo, donde tendrás la oportunidad de registrarte, realizar cursos online, descargar guías, consultar con profesionales especialistas en el área, conocer información en su blog y comprar en una tienda de productos bastante completa. Allí se incluyen desde artículos de autoestimulación, hasta aquellos que se usan para cubrir necesidades médicas, así como los productos de higiene íntima más utilizados en el mercado para el cuidado de esta zona tan delicada e importante para las mujeres.

¿Cómo realizar una higiene íntima adecuada?

Entre las recomendaciones más destacables podemos incluir algunas de las que explicamos a continuación.

Utilizar productos de higiene íntima adecuados a tus necesidades particulares: antibacterianos, calmantes, refrescantes, sprays higienizantes, entre otros. La elección va a depender de tus preferencias y el pH que contengan los productos elegidos, los cuales deben estar acordes a tus requerimientos personales. Para ello puedes dejarte guiar y seguir las recomendaciones de tu ginecólogo.

En relación con la manera de realizar la limpieza de la zona vaginal, contempla realizar la misma diariamente, de adelante hacia atrás. El lavado debe incluir el área externa de la vulva, humedeciendo con agua y jabón adecuado, suave, no astringente, neutro, para que no altere el pH de la zona vaginal, ni ocasione irritación o resequedad, libre de fragancias o perfumes. Por último, debes enjuagar y secar como de costumbre, manteniendo el área vaginal seca y fresca, utilizando para ello ropa interior de algodón cómoda.

Durante la menstruación, el cuidado y la limpieza genital deben ser más frecuentes, y no debes dejar pasar más de cuatro a seis horas sin cambiar la copa menstrual, el tampón o la toallita sanitaria.

No se recomiendan duchas vaginales ni esponjas. Los protectores diarios se deben utilizar solo cuando esté finalizando la menstruación, los últimos días, ya que su uso diario aumenta el calor y la humedad de la zona vaginal, provocando infecciones recurrentes y escozor.

Evita ropa ajustada, ya que puede provocar irritación y exceso de humedad; y la limpieza postcoito no debes olvidarla también, ya que los ginecólogos la recomiendan para reducir la exposición a bacterias.

¿Cómo elegir el producto de higiene íntima adecuado a tus necesidades?

Como ya mencionamos, la zona íntima requiere un cuidado especial. Existen productos de higiene femenina con diferentes pH, que se adaptan a las diferentes necesidades de cada mujer, en cada etapa del ciclo en el cual se encuentren.

Cabe destacar que el pH vaginal se refiere al grado de acidez o alcalinidad de la mucosa vaginal. Una vagina sana debería mantener los niveles de pH entre 3.8 y 4.5, sin embargo, esto puede cambiar a lo largo del ciclo menstrual y de nuestra vida.

Un pH vaginal alterado favorece el padecimiento de infecciones y síntomas molestos, por  lo que las recomendaciones para la higiene íntima adecuada deben constituirse como un hábito en la rutina diaria de toda mujer.

Las variaciones en el pH vaginal las podemos distinguir en las siguientes situaciones:

  • Durante la menstruación: pH neutro, en torno al 7.0.
  • Durante la fase premenstrual: pH ácido entre 3.8 y 4.2.
  • Durante el resto del ciclo: el pH vaginal sigue siendo ácido, pero menos que en la etapa premenstrual, variando entre 4.0 y 5.0.
  • Durante el embarazo: pH ácido, similar al de la fase premenstrual, generalmente menor a 4.5.

Acudir al ginecólogo para las revisiones periódicas es fundamental, así como para seguir las recomendaciones según cada tipo de necesidad y etapa en la cual se encuentre la mujer. La elección del producto que mejor se adapte a cada requerimiento, va a depender de la salud de la zona íntima y de la fase en la que se encuentre la mujer durante el ciclo.