La profesora de mi hija nos hace lista de deseos en Amazon

 

Quiero arrancar esta anécdota posicionándome: no estoy a favor de regalarle nada a los profesores de mis hijos. Ni por Navidad ni por final de curso ni mucho menos por sus respectivos cumpleaños. Por desgracia, en el centro educativo de mis hijos se aprovecha cualquier ocasión para lamerle el culo a los maestros. Además, se ha iniciado una especie de “competición” entre familias para ver qué niño regala el qué y a quién, más allá del detalle grupal de la clase.

En cualquier caso, aunque hago saber mi punto de vista constantemente, termino cediendo por presión. Con los regalos, se entregan tarjetas firmadas por los niños y te sabe mal que no aparezca el nombre de los tuyos. El problema es el nivel de detalles: hemos pasado de una taza y una tableta de turrón Hacendado a un brunch para dos y una sesión de masaje. Experiencias que ni nosotras mismas hemos vivido, pero que le regalamos a la profesora.

Siempre he sido la oveja negra del grupo del cole. Lo reconozco, no pasa nada. Sé que no estoy sola, porque me llueven los privados, pero sí que soy la única que da la cara. La profesora, sabedora de esta pequeña competición que ha nacido entre madres de alumnos, lejos de intentar cortar la tontería… se ha creado una lista de deseos en Amazon.

La lista de deseos de la profesora

Estimadas, familias. Espero que se encuentren bien y disfrutando de los preliminares de la temporada navideña que se avecina. Este año, mientras reflexiono sobre el increíble viaje educativo que he compartido con sus hijos, me siento impulsada a expresar mi gratitud por su continuo apoyo y colaboración.

La Navidad es un momento mágico para la generosidad y la bondad, y muchos de ustedes han expresado amablemente su deseo de hacerme un regalo en esta época del año. Con gran humildad, he creado una lista de deseos personal en Amazon con artículos que considero útiles para mi desarrollo profesional y personal.

Entiendo plenamente que esta temporada puede traer consigo gastos adicionales, y quiero enfatizar que su consideración no es en absoluto obligatoria. La conexión que comparto con sus hijos es el regalo más preciado que podría recibir. Sin embargo, si sienten el deseo y tienen la capacidad de contribuir, estaré sinceramente agradecida por cualquier gesto.

Pueden encontrar mi lista de deseos navideños en el siguiente enlace: XXX.

Agradezco enormemente la oportunidad de ser parte de la vida académica de sus hijos y estoy emocionada por lo que el próximo año escolar tiene reservado para nosotros. Les deseo a ustedes y a sus seres queridos unas felices fiestas, llenas de amor y momentos inolvidables”.

Con dos cojones.

La profesora nos ha mandado su lista de deseos de Amazon para que, ya que vamos a gastar dinero, que -al menos- sean cosas que ella quiere o necesita. No sé si tomármelo como un favor que nos hace o considerarla una cara dura que lo flipas. Hay desde auriculares inalámbricos hasta un Kindle con suscripción al Unlimited. En pocas palabras, nos ha dicho que nos podemos meter por el culo la taza, el turrón y hasta los vales del brunch, que ella quiere un nuevo charm de su colección de Pandora.

En esta ocasión, me he bajado por completo del burro. Me niego a ejercer de Reina Maga con la profesora.

 

Relato escrito por una colaboradora basado en la historia real.