Que levante la mano aquel que no haya sufrido la mano negra de un individuo disfrazado de amigo pero que, en realidad, es el primer ser humano dispuesto a juzgarte en cuanto tiene la oportunidad. 

Todos tenemos en nuestra memoria comentarios como: “¿No vienes?, qué aburrido eres” o “déjalo, no le van estas cosas” o “es que eres demasiado recatada” o “no te hemos dicho nada porque a ti estos planes no te gustan” o “¿en serio vas a ir así? Como estos, infinidad de comentarios que te hicieron pequeñito en un mundo de lobos. ¿Te acuerdas de cómo te sentiste cuando recibiste estos comentarios? ¿Enfadado? ¿Molesto? ¿Fuera de lugar? ¿Traicionado, tal vez? 

Es en esos momentos en los que empiezas a sentirte fuera de un grupo al que creías pertenecer. Existe esa ley universal por la que muchos piensan que las edades van marcando los gustos y las acciones. Las fiestas, los viajes en coche para una noche loca, el gusto por los chicos… ¿Qué pasa cuando tú no cumples con el estúpido canon establecido? Te sientes juzgado por tu propio entorno, sientes que te miran con lupa y cada cosa que consideran un error, aunque no lo sea, son lanzas cubiertas de fuego que llegan a tu espalda sin compasión. ¿Qué es esto? ¿Una tribu caníbal? Te comen vivo porque te consideran débil.

Aquellos que no se suman al rebaño, son marginados. Señalados como carnada para descargar sus propias inseguridades. Tienen miedo, en el fondo, todo lo que sienten es miedo. No miedo a brillar menos, miedo a que haya alguien lo suficientemente fuerte como para que tenga voz propia. No cumples con los requisitos sociales necesarios para ser uno de ellos, y la única forma de defensa que tienen es el ataque. Atacan tu moral, tu conciencia e intentan que te sientas incómodo contigo mismo para que seas uno más de ellos. Pretenden debilitarte para que seas más fácil de manipular. Pero, no te preocupes, tarde o temprano todos abrimos los ojos. Siempre habrá alguien a tu lado que te recuerde lo mucho que vales. 

Con el tiempo, vas descubriendo que cada persona es un mundo y que, aunque la amistad sea algo muy importante, tienes que saber identificarla de verdad. Una amistad no es cuestión de tiempo o de sangre o de aficiones. Puede ser que conozcas a alguien durante veinte años, y nunca llegue a ser tan amigo como alguien que has conocido hace un mes. Con la madurez vas comprendiendo que un amigo no te juzga por no querer hacer lo mismo que él en todo momento, un amigo te apoya aunque no comparta del todo tu opinión en ciertos aspectos. Un amigo siempre te va a decir lo bueno y lo malo con la idea de que seas feliz, de que te quieras y aceptes por encima de todo. Un amigo va a ser tu mayor defensor y tu conciencia con el único objetivo de que cumplas tus sueños. Va a ser un apoyo, un cable a tierra. Un motor y una balanza.

¿Te hacen sentir incómodo o fuera de lugar? Lo siento mucho pero no son tus amigos, al menos no de verdad.

La rutina, la costumbre, el compromiso… muchas “amistades” se basan en estas condiciones, pero no es lo ideal. Son alarmas que te avisan de que ha llegado la hora de hacer un cambio. No te sientas mal por querer avanzar, por elegirte a ti por encima de los demás. Es precisamente eso lo que debes hacer, debes ser tu prioridad. Tomar la decisión de hacer borrón y cuenta nueva incluso a expensas de quedarte solo un tiempo es complicado, pero tan gratificante, que nunca te sentirás mejor en toda tu vida. 

Sé valiente, di “aquí estoy yo” con la cabeza bien alta. ¿Te quedas solo? Bueno, ¿y qué? Te ha costado años de esfuerzo llegar a ser la persona que eres, no dejes que nadie eche por tierra tanto cariño hacia ti mismo. Nunca permitas que alguien te convenza para que no te gustes. Eres maravilloso como eres, siendo igual o diferente a los demás, pero especial. 

Cierra etapas, échale el cerrojo a las personas tóxicas y tira la llave bien lejos, al fondo del río Támesis, por ejemplo. Lánzala tan lejos, que ni un equipo de salvamento pueda recuperarla. La gente así merece ser castigada con el olvido y la indiferencia. Crece, madura, quiérete y disfruta de lo mucho que aprendes cada día. Que no te dé miedo estar solo, conocerte, romper con lo que has acostumbrado a hacer hasta el momento. Muéstrate tal y como eres, y así conocerás a esas personas que valgan la pena de verdad, las que se quedarán a tu lado para sumarte.

Eres fuerte, único y una bestia cazadora de sueños. ¿Quieren que te sientas mal? Siéntete tan bien, que ellos mismos se planteen que alejarse es la mejor opción. 

 

Inma Jurado

@inmajuradog