Las mejores vacaciones de mi vida: Mi familia se fue de camping sin mí
Advertencia: este testimonio puede herir la sensibilidad de las buenas madres. La autora declina toda responsabilidad por los daños o perjuicios que este post puede causarte si tú eres una de ellas y continúas leyendo a partir de aquí.
Prosigamos, entonces.
Soy madre de tres niños de nueve, siete y cinco años. Y los amo, los quiero con toda mi alma. Me encanta ser madre, me encanta ser la mamá de estas tres criaturas increíbles. Son lo mejor que he hecho en la vida.
Pero… son muy cansaos. Creo que no hay mejor manera de definirlo. Hace nueve años que vivo cansada.
Recuerdo todas las veces que me quejé de estar cansada antes de ser madre y me descojono de la risa yo sola. ¡No tenía ni idea de lo que era el cansancio!
Y mi marido y yo venga y dale a aumentar la familia cada dos años. Porque nuestros tres hijos fueron buscados y muy deseados, no obstante, a veces creo que no lo pensamos con todo el detenimiento que deberíamos.
Las mejores vacaciones de mi vida: Mi familia se fue de camping sin mí
Así que, eso, soy una madre vocacional, responsable, amorosa y feliz. Pero también cansada, estresada, agobiada y un poco desequilibrada. Una mala madre de manual, supongo. Una de esas pérfidas mujeres que está deseando que se acabe el verano para que los niños empiecen el colegio y las extraescolares y pueda volver a instalarse en la rutina. Oh, la rutina. Esa gran aliada.
Si es que, lo admito, odio los períodos vacacionales. Básicamente porque los de mis hijos casi nunca coinciden con los míos, por lo que tengo que hacer malabarismos para llegar a todo.
En este punto tal vez te preguntes qué pasa con el padre de mis hijos. Nada, que es un buen marido y un mejor padre, pero también es autónomo. Entre las horas que le tiene que echar al curro cuando está aquí, y los días que pasa fuera más a menudo de lo que quisiéramos… pues que la mitad del tiempo soy madre soltera.
Esto ha sido así desde que nació el primero de mis niños. Como ya he explicado, desde hace casi una década mi estado civil es CANSADA. Sin interrupción, de enero a diciembre y vuelta a empezar.
Salvo este año. Este año se dio la cuadratura del círculo, una alineación planetaria excepcional, un hecho histórico sin precedentes. El padre de mis criaturas, el autónomo, ese señor se cogió unos días libres por primera vez desde que le conozco.
Yo no cabía en mí de gozo, iba a tener ayuda en casa y con los niños una semana entera y en pleno verano. ¡La hostia en vinagre! Qué sensación. No me lo podía creer.
Y casi me caigo de culo cuando el autónomo me preguntó una noche: ¿Te importaría si me llevo a los niños de camping unos días?
Me incorporé, me llevé una mano al corazón y le dije: Por favor, no juegues con mis sentimientos. ¿Lo estás diciendo en serio?
Las mejores vacaciones de mi vida: Mi familia se fue de camping sin mí
¡Era en serio! Tan en serio que este verano he disfrutado las mejores vacaciones de mi vida. Las cuales consistieron en que mi familia se fuera de camping. Sin mí.
Lo mismo me dio que yo tuviera que teletrabajar igual. ¿Sabes lo que es levantarse y no tener que encargarse de nadie más que de ti? ¿No pasarte el día preparando comidas, meriendas y cenas saludables y variadas?
Fueron solo cuatro días, quince horas y treinta y tres minutos, pero lo que me cundieron, madre mía.
Si recogí el salón el martes en cuanto se fueron y cuando me fui a hacer el café a la mañana siguiente ¡seguía recogido! Si en todo ese tiempo solo puse una lavadora, ¡una!
No fui al súper, no intervine en peleas, no perdí los nervios ni una sola vez.
Solo trabajé, me duché con calma, hice mis necesidades en soledad. Leí, vi en la tele lo que me dio la gana, escuché el silencio…
Que vale, que sí, también les eché de menos. Eché de menos el abrazo de buenas noches, el beso de buenos días, los juegos y las risas. Pero no voy a mentir, fueron solo unos días y los disfruté como nunca.
Y estaría más que dispuesta a repetir todos los años.
Irene
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