Hoy vengo a hablar de las obsesiones de mi madre a través de los años, porque dan para un post completito.

 

Quiero muchísimo a mi madre, pero Jesús, es una señora especial con ganas. A lo largo de los años ha ido empezando aficiones, obsesionándose con ellas y poco después abandonándolas como si nunca las hubiera tenido muchísimas veces, y lo peor de todo es que obviamente nos afectan a los demás. No me quejo, pero me hace gracia y quiero compartirlo con el mundo. Así que voy a hacer un ranking de obsesiones de la señora, para desahogo mío y disfrute del gran público.

 

  1. Las flores: lleva unos meses que ha convertido la casa en un jardín, decir que ha comprado árboles, flores y semillas a centenares, no es exageración. Tenemos un balcón que ahora parece un jardín botánico, con maceteros incluidos. De un tiempo a la actualidad ha concentrado su obsesión en las Orquídeas, que son preciosas, pero madre mía, son la tinta de la impresora de la naturaleza. Hermosas y caras a partes iguales. Pues la Doña (mote cariñoso) cada vez que sale vuelve con más y más orquídeas. ¿Que va a comprar?, pues orquídea nueva, ¿que va al médico? Pues orquídea nueva… y así con todas sus salidas. Tiene el salón lleno de orquídeas, el mueble de la televisión lleno de orquídeas, y claro, mi padre calentito porque no se le ve la televisión con las hojas, vamos, un show. Ahora quiere cambiar la disposición del salón para poner una estantería con sus orquídeas y también quiere colgarlas en el pasillo de casa. En unos meses podremos competir en lo de los patios cordobeses más bonitos.

las obsesiones de mi madre

  1. La Alfarería: Esta obsesión ya está caduca, hace al menos quince años mi madre descubrió la alfarería. Bueno, descubrir, ella ya sabía lo que era, pero vamos, que se apuntó a un cursillo del ayuntamiento y pasó meses haciendo churros y churros de barro. Nos llevaba con ella, esta afición no estaba tan mal, no sé, es entretenida y te puedes hacer una vajilla por si se te rompe la que te regala el banco. Pues la Doña pasó meses haciendo cosas de barro, jarrones, platos, vasos, ánforas, etc y cuando se le pasó tiró todo a la basura.

 

  1. Pintura de Tejas: Poco después de su ruptura con el barro, mi señora madre se embarco en una relación poliamorosa con unas tejas y unos azulejos. Ella no lo admite, pero estaban hechos de barro, por mucho que ella los lijara, pintara, barnizara y demás chapuzas que hacían de una simple teja. Una teja pintada bonita y que se colgaba. En está época cayeron muchas tejas de regalo, la casa parecía un Leroy Merlin. Recuerdo unas particularmente bonitas de Mickey y Minnie que le hizo a mi prima. Cuando le pedí unas para mí, me dijo sí, y aquí estamos, sin tejas y con rencores. Dejó la afición antes de cumplirme el encargo.

  1. Pintura en tela: Cuando se le pasó su obsesión con las tejas, dejándome sin tejas para mí y el corazón roto, se apunto a otro curso del ayuntamiento, pintura en tela. Pasó meses haciendo camisetas a mis primos pequeños, sobrinos,etc. La casa parecía el Primark, el Primark y el 99 tenían muchas visitas de mi madre. Era una historia de amor preciosa, pero no duró.

 

  1. Cuadros con trozos de maderas: no sé ni cómo describir esta afición. Cogían trozos finos de maderas de colores y los colocaban y sobreponían unos a otros para hacer paisajes y demás. Quedaban muy bonitos y tenemos como cuatro o cinco cuadros hechos con esta técnica. La casa se lleno de cuadros, mi pobre padre, taladro para arriba, taladro para abajo. Al final, mi madre se cansó y como si nada pasó a su nueva afición.

 

  1. Costura de trajes tradicionales: hace un par de años empezó en el ayuntamiento un curso de realización de trajes tradicionales. Les enseñaban a diseñar, hacer patrones, coser y demás. Mi madre se vino muy arriba, porque a ella coser, le chifla y si es encima para hacerte ropa de romería pues más. Todos en mi familia acabaron con un traje de romero nuevo. Mi madre se hizo uno para ella, así como le gustaban, mi sobrino que tendría 3 meses, pues mi madre le cosió uno en exclusiva, ya que al ser tan pequeño no había de su talla en tiendas, otros primos bebés también. Yo le pedí uno que fuera todo negro, mi madre se negó porque se pensaba que era un poco emo y utilizó mi camisa del traje que usaba para hacer para mi hermana y cuando acabó con ella, mi hermana tenía traje nuevo y yo tenía una camisa de romera rota. Gracias Mami.

 

Durante mis 25 años de existencia mi madre ha tenido estos y más hobbies. A veces eran un compromiso anual y algunas veces era un capricho de pocos meses.

Al recordar estas aficiones de mi madre me vienen a la mente dos pensamientos muy fuertes: ¡Bravo al ayuntamiento de mi pueblo por la cantidad de talleres y aficiones que ofrece a los ciudadanos! Y segundo, igual mi falta de compromiso con el gimnasio es heredado…

 

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