Como diría mi alcalde favorito » ¡Quedan 6 días para Halloween!». Y ahora es cuando la mitad de vosotros me soltáis: Esas americanadas yo no las celebro. Pues chatis no os coléis (modo repelente niño Vicente on) porque Halloween tiene su origen en la fiesta de Samhain. Una noche de difuntos celebrada por la cultura Celta, la cual, tenía asentamientos en Irlanda y en nuestra preciosa Galicia. Vamos, que los yankees  una vez más, se aplicaron eso de “culo veo culo quiero”. Y sino, que se lo digan a los pobres alemanes, que han tenido que ver como el país de la libertad, se agenciaba sus hamburguesas y las convertía en plato típico, añadiéndoles de paso, carne de animales que ni sabemos que existen. De todas formas, si de verdad la noche de los difuntos fuese cosecha americana ¡que narices! yo también se la hubiese copiado. Y es que ¿puede haber algo  mejor que Halloween? Sí, preparar una fiesta de Halloween. Así que aquí va un post para que con mucho DIY y poca pasta, te hagas una fiesta digna de la familia Addams.

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El jardín: Tener jardín en Halloween es de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Son infinitas las opciones que hay para decorarlo y marcarte un tanto nada más llegar tus invitados, y ya de paso, ser la más molona del barrio.

La mesa: Es el momento perfecto para sacar el fieltro y la cartulina negra y liarte a hacer murciélagos y bajoplatos de telas de araña. También puedes adjudicarle las tareas manuales a algún pringadillo que pilles por casa (yo lo he hecho) y hacerle una visita al chino de la esquina para hacerte con unos servilleteros tan molones como estos. Si eres más de comprar online porque no tienes esbirros que te recorten las cartulinas, H&M Home es tu tienda.  Bricoconsejo: Para que los dientes te queden como los de la foto, déjalos cerrados con gomas unas horas para que cojan la forma o sino no habrá Dios que te sujete la servilleta.

La comida: Una fiesta sin comida no es fiesta ni es nada. Además, si eres más cocinitas que bricogirl, puedes decorar prácticamente todo a base de comida. Ojocuidado con hacer presentaciones  demasiado tétricas, puede que ese plato que tanto te ha costado que se parezca a un cerebro sangriento, nadie se lo quiera comer.

El atrezo: La clave siempre está en los detalles y en este caso, cuantos más mejor. Botellas pintadas, calaveras, mensajes en los espejos, libros viejos y algún que otro cuervo, convertirán la casa más cuqui en la mejor estancia de la casa Usher. ¿Qué no consigues el look porque tienes un mueble que no pega ni con cola con esto de Halloween? Tápalo con una sábana blanca manchada de sangre o líate a enredar tela de araña como si no hubiese un mañana.