Estamos en una semana de celebración, de alegría y alboroto, donde también reivindicamos la libertad sexual. Porque la homosexualidad todavía sigue estando penada en 78 países y sólo una docena reconoce en sus censos y otorgan derechos civiles a las personas transexuales y transgénero.

Y a pesar de todo lo que hemos avanzado en España, las fobias siguen latentes en forma de violencia, de desaprobación callada, señalando con la mirada, condenando todo aquello que no se entiende. Y el rechazo es un cáncer que consume a las personas.

Hay gente que parece no tener nada mejor que hacer que pretender gobernar la vida de los demás y, si les diese la oportunidad, corregir la manera que han elegido de vivirla.  Pero nadie debería decirte nunca a quien amar, porque lo que anida en el corazón de una persona es cosa suya.

A mí me llena de alegría cuando toda esa gente que sin ser una persona del colectivo LGTBIQ nos apoya y se siente una más de nuestro grupo. Al que defiende a un desconocido de un insulto, al que se manifiesta contra la injusticia, al que empatiza con aquello que choca contra la costumbre… Gracias a vosotros, nuestra vida es mucho más fácil. Por eso este Orgullo es para vosotros.

Pero especialmente para los homófobos. Porque mientras las personas puedan cambiar, el mundo puede cambiar. Y hasta que no lo entendáis, ahí van las plumas, los abanicos de colores, nuestra bandera y todo nuestro amor.

@LuciaLodermann