Torpes, olvidadizas, despistadas… son numerosos los nombres que engloban este fenómeno. Dícese de aquella persona que se mueve con dificultad, según la RAE. ¿Cómo saber si eres una torpe?
Es sencillo identificar algunos de los síntomas más frecuentes ¿Le haces seguro a tu móvil nuevo siempre que lo compras porque sabes que lo vas a necesitar?, ¿consideras un deporte de riesgo andar con tacones?, ¿cada vez que te planchas el pelo te quemas un dedo? Si has respondido sí a todas, enhorabuena, eres una torpe. Bienvenida al club.
Pero no desesperes, después de mucho darle al coco te traigo una lista de consejos para evitar meteduras de pata:
– Nunca compres cosas bonitas y caras, porque las vas a perder, y lo sabes.
(o sí, porque la vida es corta y ¿a quién no le gustan las cosas bonitas? La belleza es efímera ¿no? Pues eso)
– Nunca te apliques eyeliner si vas justa de tiempo y no quieres tener un electrocardiograma en los párpados y llegar media hora tarde intentando arreglar el estropicio.
(o sí, porque no hay que perder el sentido de la aventura. Y una de cada cien veces te sale perfecta a la primera, igual ese día es hoy)
– Elige bufandas circulares ( o infinitas como las llaman en pinterest) antes que bufandas largas si no quieres acabar pisándolas y perdiéndolas cada vez que te las quites. No es nada glamuroso ir arrastrando tu ropa por ahí.
( o no, las bufandas son geniales y tienes detergente en casa, ¿no? )
– Comprueba varias veces antes de subirte al vagón que el tren va en la dirección que tú quieres. Sé que ese vídeo de perritos que te acaba de mandar tu colega o las fotos que acaba de subir al Facebook tu último crush son muy interesantes, pero hazte un favor y levanta la vista del teléfono cinco segundos.
( o no, ¿has estado alguna vez en Villaverde Bajo, ¿no? Pues mira, turismo de barrio. Además, nunca sabes con quién te puedes encontrar por el camino)
Sé que ahora crees que lo harás, pero no te vas a acordar. Tanto si es importante como si no apúntalo en el móvil. El bloc de notas está para eso, no para decorar el escritorio de tu smartphone.
(O no. Hay cosas que es mejor olvidar)
– Nunca, jamás, bajo ningún concepto, cocines. Utensilios puntiagudos, agua y aceite hirviendo, objetos incandescentes… ¿Hace falta que siga?
(o sí , pero si decides hacerlo, por favor, que sea bajo la supervisión de un adulto)
Si es barato, procura tener dos de cada (recuerda, si es caro, directamente es mejor que no gastes el dinero) porque lo más probable es que acabes necesitando el repuesto
( o no, tampoco quieres convertir tu casa en un almacén y hay cosas mejores en las que gastar el dinero)
O también puedes ignorar todos los consejos anteriores y ceñirte a este: ríete de ti misma.
Después de años agotadores intentando corregir mi naturaleza despistada, sospecho que no tiene cura y además, la perfección no existe, de entre todos los defectos que se pueden tener tampoco nos ha tocado uno tan terrible (oye, es peor ser gilipollas). Es más, la próxima vez que te tropieces en público o digas una tontería demasiado alto sin querer, recuerda cabe la posibilidad que le hayas alegrado la tarde a alguien que está teniendo un día de mierda. Así que, ya sabes, échate unas risas a tu costa, que son gratis.
