No, no soy una niña de 11 años a la que le da miedo que le baje la menstruación, y no, no soy una mujer que quiere quedarse preñada y la regla es su peor enemiga. Soy una mujer de 33 años que teme a su periodo más que a La Bruja de Blair.
Lejos quedaron los meses en los que casi besaba las bragas al ver la tomatina y comprobar que no estaba preñada. Joder, echo de menos emocionarme al ver un grano en mi barbilla y al notar esa molestia al mear. Esos eran mis síntomas, granos, escozor y dolor de tetamen, ya. Por eso cada vez que escuchaba el, ya manido, comentario machirulo de «¿Estás con la regla?» (cada vez que estaba de mal humor), me ponía como las cabras. No entendía aquello, mi humor no variaba, como mucho me encontraba mal y ya. AY AMIGAS, PUTA EDAD.
Cumplir años me ha dado más alegrías que desgracias, pero en cuestiones físicas hay que reconocer que vamos cuesta abajo: arrugas, retención de líquidos, estrías, celulitis, y el síndrome premenstrual de los cojones. Leo mil artículos, leo mil historias y solo puedo hablaros de mi experiencia y de lo que a mí y a mis amigas nos pasa. Este no es un artículo científico, no soy médico y no tengo conocimientos de nada, por eso espero que no os toméis esto al pie de la letra y soy consciente de que cada cuerpo es un mundo y que a no todas nos pasará nada de lo que a continuación diga… pero de verdad, voy a peor.
He empezado a tener miedo real cada vez que veo en mi agenda el circulito rojo que reza el día aprox que tiene que bajarme, sé que la semana antes voy a ser una olla a presión, sé que todo va a ser un drama y sé que todo va a ser una pesadilla. Muchos hombres creen que nos da por gritar y chillar, a mí me da por hacerme unas pajas mentales majas. Parece que me he metido un tripi y que lo estoy flipando, soy consciente de que la pesadilla va a finalizar, pero mientras la vivo lo paso terriblemente mal. Si mi novio no me da las buenas noches ya creo que me va a dejar, si no me llega el pedido de Asos ya creo que se ha perdido, si algo no sale como quiero creo que soy la persona más desgraciada del mundo; y os juro que salir de ahí se me hace complicadísimo. Necesito hablar con mis amigas (ellas me comprenden bien) para poder ser racional y comprender que nada es tan malo ni tan complicado y que todo tiene solución.
Quería comentarlo así, públicamente, sabiendo que muchos pueden agarrarse a eso para seguir con los comentarios machirulos de rigor, pero también creo que es algo que tiene que hablarse sin vergüenzas ni prejuicios, que somos mujeres, cada mes sufrimos una puta revolución en el cuerpo que nos deja trastocadas. Somos unas valientes, y si tenemos que estar una semana modo psycho, nos merecemos todos los mimos y comprensión del mundo. Fuerza en esos días, hermanas.
Autor: M.
