Igual pensáis que esto viene de lo de ahora, con lo de estar en casa. Pero no. Desde hace un tiempecito me he convertido en una señora que apenas sale de fiesta, que se monta las fiestas en el sofá. Señora borracha, pero señora siempre.  Puedes cambiar sofá por terraza. O por la silla de la cocina si no tienes nada de nada. El caso es que quedarse en casa no siempre es sinónimo de aburrirse o de estar callados durante horas mirando el móvil. Tu sofá puede ser el escenario de grandes días y buenas fiestas.

Una de las ventajas de la fiesta en casa es que no necesitas ni arreglarte. Te haces un moño majo, un vestido de andar por casa que no tenga manchas y ya tienes un look decente para coger telefonillo y decir «no, aquí no es». Solo vas a ver a quién quieras, a tus convivientes o a los invitados que tú elijas. Se acabó el encontrarte con archienemigos y tener que soportar a señoros babosos o a tipas que me preguntan si he adelgazado. (Spoiler: NO)

Tampoco tienes que ceñirte a ningún horario de apertura y cierre, aunque yo tengo el mío bien claro: vermú con sifón a las 13h, mientras se hace la comida (viva el horno), comer con vino a las 15h, chupitico de crema de orujo de postre y si no hay invitados en casa, siesta. Para luego seguir con la merienda de mojitos. Y ya, pues puede pasar lo que sea. El cierre lo pongo yo cuando echo a la gente de mi casa porque mañana madrugo. Ojo, cuidado, que estas largas tardes suelen llevar laaargas charlas. En ocasiones pueden acabar mal si te has pasado con la merienda de mojitos, en otros momentos acabas fundando un partido político o buscando cómo presentarte a RuPauls Drag Race España.

Ya no gruño porque me apesta la música de un bar. Ahora como mucho digo: «cariño, quita esto que es un rollo, ya pongo yo». Y venga, a perriar. Es más, estoy hasta aprendiendo a bailar mejor, tengo más espacio para practicar y menos gente a la que tirar el cubata sin querer. Y mejor aún, puedo beber tirada en mi sofá comentando Sábado Deluxe sin aguantar a nadie que me diga que no ve telebasura.

He de confesar que el principal motivo de salir de fiesta en mi sofá es que soy una vaga. Entiendo que esto se va agravando con la edad. Porque ya no es que me da pereza ir hasta los bares. Me da pereza volver de los bares.  Porque en realidad, lo mejor de todo esto es que no tengo que desmaquillarme borracha al llegar a casa.

 

PS: No seáis tan vagas como yo y apoyad a vuestros bares de siempre con las medidas de seguridad a rajatabla!