Lo que NO debes decir jamás de los jamases a una mujer que busca un embarazo que tarda en llegar

 

La búsqueda de embarazo la recuerdo como una de las etapas más duras de mi vida. Decepción tras decepción, regla tras regla, tratamiento tras tratamiento. De repente, todo mi entorno se confabuló en mi contra y aparecían cinco embarazadas por cada test negativo mío. Durante años escuché las mismas frases que, poco a poco, se fueron convirtiendo en dardos envenenados que me intoxicaban el alma.  

“Cuando te relajes, te quedarás”

Suele ir acompañada por un “estás obsesionada” y, sin duda es la peor; quizá, por cierta. Cuando empiezas a buscar embarazo, todo es una luna de miel, pero cuando los meses pasan y la cosa se alarga, comienzan las preocupaciones: “¿Me pasará algo? ¿Le pasará algo a mi pareja? ¿Y si resulta que no lo conseguimos?”. Interrogantes infinitos que se agolpan en tu cabeza con la llegada de cada regla y repetir este consejo solo genera más estrés en quien lo recibe, ya que se siente culpable de provocar esta situación: “No me quedo porque no me relajo, pero no sé cómo relajarme”. 

“Lo más divertido de la búsqueda, es practicar”

Una mierda. Yo acabé del sexo hasta el coño, y nunca mejor dicho. Las relaciones sexuales se calendarizan en torno a la fecha de ovulación. Con el paso de los meses, la pasión se enfría, volviéndose el acto sexual algo “obligado”, un trance que “toca” porque así lo dicta el médico tras la ecografía de turno. A ver, que nadie te pone una pistola en el pecho, pero quizá ese día no estás al 100 % y preferirías sofá y manta, que han estrenado la nueva temporada de tu serie favorita, pero si no quieres “perder el mes” es mejor ponerse al lío. Otra vez. 

“Mi prima la del pueblo, se quedó después de mil años de búsqueda” 

Aquí entran las recomendaciones de terapias, dietas y otros mitos y leyendas, como posturas en la cama o trucos para que el semen no se escape. Te alegras por su prima, pero a ti se te remueve el alma. ¿Y nosotros? ¿Lo lograremos? ¿Cuándo? Sé que este mensaje se comparte para transmitir ánimo y esperanza, pero la realidad de cada pareja es compleja.

Otra prima de otro pueblo se quedó a la primera

FELICIDADES. Y gracias por frustrarme un poco más. 

“Fulanito y Menganita se quedaron embarazados de manera natural cuando decidieron a adoptar”

Este comentario está muy relacionado con el consejo de “cuando te relajes, te quedarás”, pero la verdad es no conocemos de primera mano la experiencia de esa pareja. Quizá atravesaron una búsqueda larga y se decidieron a adoptar o quizá adoptar estaba en sus planes desde un inicio y fue casualidad. Yo qué sé, tú qué sabes. La cuestión es que no vas a consolar a nadie diciéndole eso. 

Pero al hilo, siempre, siempre, sale la siguiente pregunta… (redoble de tambores)

“¿Te has planteado adoptar?”

Como si el trámite de adopción fuese similar a ir con tu coche al McAuto y pedirte una hamburguesa con queso. Papeles, entrevistas, dinero y más dinero. Por supuesto que muchas parejas se plantean adoptar, puedan o no puedan tener hijos propios, pero… ¿conocéis la burocracia que supone? Es brutal. Y el negocio que hay detrás, más sorprendente todavía. Un proceso de adopción puede desgastar incluso más que una búsqueda de embarazo y, a veces, llegas sin fuerzas para afrontarla. 

“Ya llegará / No era el momento” 

A ver, ¿y tú qué sabes? ¿Tú qué sabes si llegará o no? ¿Si era buen o mal momento? ¿Existe realmente un momento perfecto? 

Si tienes otro hijo, “al menos ya tienes uno”

Que sí, que te puedes sentir afortunada por haber conseguido experimentar la maternidad si era tu deseo, pero eso no te va a consolar si deseas tener otro hijo y el embarazo no llega. 

Entonces, ¿qué hago? ¿Qué digo?

Desde mi experiencia personal, yo buscaba empatía, alguien que me escuchase sin juzgarme. Un hombro en el que llorar cuando llegaban los negativos, una amistad que me ayudase a evadirme cuando yo no era capaz de ver más allá de oscuridad. Solo necesitaba compañía.

 

Anónimo

 

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