Si hay algo que no soporto de la maternidad, y creo que es un sentimiento que tenemos todas, es que la gente se crea que sabe más que tú y te de consejitos de cómo tienes que criar a tus hijos.

Ya me fastidia que mi vecina del quinto se meta en si le doy a mi hijo pecho o biberón. O que esa amiga que ha decidido no ser madre, me dé lecciones sobre maternidad. Pero si hay algo que no soporto es a las madres de mi entorno que me dicen lo que tengo que hacer con mis hijos.

La típica mamá de un compañero del cole que te da consejos, que nunca le pediste, de cómo hacer las cosas con tu hijo. Primero fíjate en tú hijo y edúcale como te plazca. Y luego, no des consejos que nadie te pidió.

Lo siento, pero no soporto al prototipo de amiga-mamá, de más o menos la misma edad que tú, que se queja de que su suegra o su madre le dan consejos sobre maternidad, y luego viene ella y te los da a ti. Si a ti te molesta que lo hagan contigo, no lo hagas tú con las demás.

Me parece estupendo que a tu hijo le fuera genial para dormir que le metieras entre pecho y espalda un biberón de cereales a las doce de la noche, pero a lo mejor al mío comer tanto a esas horas lo que le provoca es una mala digestión y duerme aún peor.

O que a tu hijo cuando tenía el culete mal le echaras bicarbonato, aceite de oliva o no se cual crema de la farmacia que te costaba un ojo de la cara. Puede que al mío sólo le funcione la crema del Mercadona, aunque sea más barata que la que tú usabas para el tuyo.

 

“¡No uses toallitas! Yo a mi hijo le lavaba el culo en una palangana con agua y jabón neutro. No utilizaba ni esponja, que también irrita, solo con mi mano”.

Eso está muy bien si te sobra el tiempo, pero yo, que es el segundo, voy acelerada todo el día y me resulta más rápido y más práctico usar toallitas.

El problema es que algunas de estas mamás no conocen los límites y se permiten el lujo de decirte que tu hijo está enfermo y tiene mocos porque no le has llevado al fisio bronquial que te dijo, que poco más y te pide cita ella misma. Pues a lo mejor no quiero llevar a mi hijo de seis meses a un especialista que lo que va a hacer es darle un masaje bastante desagradable para que el niño expulse los mocos, porque te aseguro que los niños no lo pasan bien allí. A lo mejor con los lavados nasales que le hago yo en mi casa es suficiente. ¿O no puede ser que la enfermedad de tu hijo sea más grave que un simple catarro del mío y no necesite un fisio respiratorio?

A veces se creen que saben más que los propios pediatras. Se atreven a aconsejarte medicamentos que usaban con sus hijos que les iba fenomenal, te traen hasta el bote de jarabe que les sobró. A ver señora, que no le voy a dar un medicamento a mi hijo que no le haya recetado su médico.

¿Sabéis lo que más me molesta? Que tengo dos hijos, y con el primero tuve que soportar muchos de estos consejitos porque era madre primeriza y no sabía. Pero es que ahora, con mi segundo hijo, me siguen diciendo lo que tengo que hacer. Es más, las más entrometidas encima son las que tienen un solo hijo. ¡Que yo tengo dos! ¡Te gano en experiencia!

Una cosa de la que me he dado cuenta con mi segundo hijo es de que cada niño es un mundo. Trucos que me funcionaban con mi hijo mayor, con el pequeño he tenido que olvidar. Pues si con mis hijos que son hermanos no funcionan las mismas cosas, imagínate con tu hijo y el mío.

Por favor, mamás, dejad de imponer vuestras experiencias a otras mamás. Está muy bien ayudar a una amiga que acaba de tener a su bebé, si te lo pide, pero guardaos para vosotras los consejos que nadie os ha pedido, ya que si a vosotros os jode que os digan cómo tenéis que hacer las cosas, a las demás también.