Te voy a lanzar una pregunta, querida lectora: ¿por qué dedicas tanto tiempo a preparar un encuentro con tu cita y luego, estando sola, apenas te dedicas 10 minutos? ¡Mal, amiga, mal! Ese body tan hermoso merece toda tu atención y todo tu cariño. Basta ya de echarle horas para alegrarle la vista a otros y no tener tiempo ni ganas para ti misma.

Cuando quiero convertir la masturbación en una cita conmigo misma, empiezo eligiendo el mejor día. Procuro que sea un día con un par de horas o tres para dedicarme. Porque a una no le gustan los rapiditos, no. Me gusta tener calma y tranquilidad durante horas para no dejarme nada en el tintero.

La segunda parte es elegir qué quiero hacerme. Elegir los juguetes que voy a usar y las posturas que quiero probar. Incluso decido dejar constancia de ello de algún modo para gozarlo posteriormente. Te confesaré que soy mi actriz porno favorita. No lo comparto con nadie, tan solo lo uso para verme yo, pero me gusto tanto en plena acción, amiga…

Luego, uno o dos días antes, una se pone mona. ¿Cómo que no me ve nadie? ¡Me veo yo! Y quiero verme sexy, arrebatadora, una leona, una diosa… Quiero desearme como nadie me ha deseado nunca. Y eso requiere un tiempecito para depilarme, elegir ropa interior… Que no digo que tú tengas que depilarte, maquillarte y todo ese rollo. Soy una firme defensora de los pelos y las caras limpias. Sencillamente, en mi caso personal, particular e intransferible, me gusta verme depilada, maquillada y con lencería.

Por último, el momento estrella. El día D y la hora H. Ahí ya revolotean maripositas en el estómago (y algo más abajo, también). Si hay velitas aromáticas, pues velitas. Algo de música sensual. Y si cae, una copita de vino. Pero con moderación, amiga, por aquello de llevarte algo rico a los labios. Tampoco nos vengamos arriba y acabemos K.O. y con el vibrador metido en la oreja.

Cuando ya has creado el ambiente perfecto, llega la acción. ¿Te has fijado la cantidad de rincones que hay en tu casa para jugar? ¿Has probado a adaptar el kamasutra a la masturbación? ¿Has visto todos los objetos que tienes a tu alcance para darte placer? Esto último, con extremo cuidado, lectora mía, no queremos acabar en urgencias dando explicaciones bochornosas.

No existe ninguna razón de peso para dedicarle más tiempo y ganas al maromo de turno que a ti misma, querida, y no me lo puedes negar. Incluso cuando hablamos de sexo, sigues siendo la persona más importante de tu vida.¿Acaso te mereces menos?