Maternidad, tu tribu

Primero voy a hacer un poco de introducción teórica para que entendáis de lo que voy a hablar. Como sabéis somos seres sociales por lo que al nacer entramos en contacto directo con el primer núcleo de relaciones:

  • La familia próxima. Ahí el vínculo afectivo cobra alta relevancia en la seguridad emocional e identidad de los más pequeños y a través del mismo aprendemos a establecer una visión particular del mundo y adquirimos valores, normas y principios que dan fundamento a nuestra personalidad.

Esta parte, si es sólida y sin conflictos, suele ser el fundamento base para todo ser humano.

  • Más adelante entramos en contacto con nuestro entorno. Por ejemplo, la familia extensa (abuelos y abuelas, tíos y tías, primos y primas, la escuela, los vecinos, el parque), el propio barrio donde vivimos y también los sitios que visitamos. Ahí pueden aparecer pequeñas diferencias en el desarrollo y la forma en la que interactuamos con los demás. No se relaciona igual un delfín que un león, dado que su entorno y forma de vida es distinta. Lo mismo con nosotros: No podemos exigirle lo mismo a un bebé nacido en un país tercermundista que a otro porque sus prioridades y las de su familia son distintas.

familia

  • Y por último aparece el momento de la escolarización y las relaciones con los iguales. Esto les permite desarrollar habilidades para establecer y mantener relaciones (resolución de conflictos, el proceso de comunicación, la iniciativa y la negociación) y también entiende la importancia de una convivencia social satisfactoria (la empatía, el compromiso, el respeto y valor por las diferencias). Esta última parte también puede variar según el entorno en el que el niño se encuentre (obviamente), porque las tradiciones y las normas sociales son distintas.

 

La teoría está clara (no lo digo yo, sino psicólogos y pedagogos especializados) y todo se resume en un proverbio africano que afirma que “para educar a un niño hace falta una tribu entera”. Y os aseguro que nunca lo he creído tanto como cuando fui madre. Bendita maternidad.

 

Porque un recién nacido es influenciable y no solamente eso, sino que necesita diversas fuentes de aprendizaje para poder desarrollarse de la forma más completa posible. Y además, la persona que está criando también necesita ese acompañamiento en su maternidad (y a veces respiro). Toda persona requiere de un grupo de apoyo al que recorrer en caso de crisis y donde encontrar la paz y sabiduría para seguir adelante.

  • Las madres saben de lo que hablo: Perfiles de instagram de maternidad, páginas web, libros y autores reconocidos, o ésa amiga que ya es madre y te entiende perfectamente. Esa es Tu Tribu.

maternidad

En mi caso (por ahora) no he encontrado ese vínculo especial con otras mamás de la escuela de mi hijo o de las extraescolares (nuestra relación es cordial y ya), ni con compañeras de trabajo que son madres (hablamos del tema, pero no recurriría a ellas en caso de crisis), tampoco en mi familia (la cual está implicada en ayudarnos y está presente en nuestra vida, pero trato de no compartir demasiada información “por si acaso”). La mía consiste en (además de un gran perfil y web de Instagram que transformaron las crisis del postparto e inicio de la lactancia en un camino de rosas) una pareja de amigos que ya tienen dos hijos y mi mejor amiga desde el jardín de infancia. Son tres personas, lo sé.

 

Pero son las tres personas con las que tengo seguridad que puedo contar con ellas;

las que me preguntan cómo me siento, las que se adaptan a tus necesidades y te proponen planes asequibles a tu hijo, las que te dicen de ir al parque a jugar con tu hijo mientras tú te sientas a asimilar tu mera existencia, las que te dijeron que estarían allí cuando las necesitaras… Y están.

 

Son Mi Tribu. Sobre todo ellas dos.

Las que me han visto despeinada, sin ducharme y en pijama. Que me han preguntado hasta que he sacado todo y han acogido mis sentimientos. Las que me han recogido del suelo al borde del llanto y han calmado mi dolor. Las que me han dicho “necesitas ayuda”… Y me la han dado.

 

Con ellas he aprendido que sola no lo hubiera podido hacer (sin que me costara mi salud mental o bienestar emocional) y que toda persona a cargo de otro ser vivo NECESITA apoyo. Cuando un niño llega al mundo todo su entorno cambia y le atiende porque sabemos que es lo que se debe hacer. Pero pocas personas se dan cuenta de que las mamás y los papás también necesitan ser cuidados en su maternidad; esas personas son las que vale la pena mantener en tu vida (y en la de tu hijo o hija).

 

MOREIONA