Tengo que reconocer que me dejaron por Skype y no me escondo. Esta es mi triste historia.

 

Llevábamos casi 4 años de relación. Una relación bastante tóxica para qué mentir, llena de celos y movidas familiares pero sobre todo de bastante acoso hacia mi persona por el tema del peso. Fuera aparte de este maltrato psicológico del que yo no fui consciente hasta que pasó un tiempo, era una relación que desde fuera ya olía mal.

Los dos últimos años fue una relación a distancia en la que nos veíamos relativamente bastante, contando que había una distancia nivel: Madrid – París. Cuando él volvió a España por temas de trabajo yo decidí que tenía que salir de casa de mis padres y buscarme la vida fuera. Aprovechando que mi cuñado en ese momento estaba viviendo en Londres, hice las maletas y me planté allí de la noche a la mañana. No debería suponer un gran cambio en la relación ya que estábamos acostumbrados a estar a mucha distancia y estando allí su hermano podía venir cuando quisiese. Es más hablamos de que buscara él también trabajo en Londres y de esa forma empezaríamos los dos de cero.

Cuando llegué a Londres me encontré con unos trabajos un poco precarios; muchas horas de trabajo y poca (muy poca) vida social. Me mudé a casa de mi cuñado en la que vivíamos 8 personas, con dos baños y bastante en la mierda. Era una situación a la que para nada estaba acostumbrada pero pensaba que todo merecería la pena porque cuando viniera mi pareja nos mudaríamos juntos y todo cobraría sentido.

Después de unos meses ahorrando y dependiendo básicamente de Skype para poder hablar con mi familia y amigos, le compré a mi pareja unos billetes de avión por el cumpleaños de mi cuñado y ya de paso aprovechaba y me llevaba mis cámaras y cosas tecnológicas que no me había podido llevar a Londres en su momento. Tenía muchas ganas de verle y sobre todo hacer turismo con él. Pedí los días en el trabajo y organicé todo para cuando él llegara. Su hermano y yo estábamos muy emocionados por su visita ya que ellos hacía muchos meses que no se veían y de sorpresa hablé con la novia de mi cuñado para que ella viniera un día más tarde y también sorprenderle por el cumple. 

El día antes de que llegara mi pareja le llamé (como todas las noches que hablábamos por video llamada) para organizar un poco el tema de ir a recogerlo al aeropuerto y el regalo de su hermano. Cuando me cogió la llamada lo noté bastante raro, con una cara muy seria y como si estuviera ocultando algo. Le saqué el tema de ir a recogerlo al aeropuerto y su respuesta fue que no iba a ir. No estaba entendiendo absolutamente nada y me quedé un poco blanca. “¿Cómo que no vienes?” Le dije. “No, no voy a ir porque no te puedo ver la cara”. 

Yo que nunca me quedo callada, cerré la boca. No me salía ni una sola palabra. Me dijo: No voy a ir porque llevo meses engañándote con varias personas. Reaccioné riéndome pero con la típica risa flojera de qué coño me estás contando. Y continuó: “Hace unos meses me hice Tinder aquí en Madrid y la verdad que me he acostado con varias chicas, esto no era lo mismo; ya no por la distancia sino porque no te veo atractiva, has engordado mucho”. Colgué la llamada. 

Baje las escaleras y le conté todo a su hermano llorando. Él no tenía ni idea de nada y reaccionó enfadándose mucho con su hermano por el panorama que le había dejado en casa. Yo reaccioné muy mal, me metí en la habitación durante días. Sólo hablaba con mis padres y con un par de amigas pero para el resto (incluso en la casa) era inexistente.

Llegó la novia de mi ya ex cuñado y eso empeoró las cosas. Pasé dos días sin comer porque me acusaba a mi misma de que me había cargado la relación por haber engordado, que no era lo suficiente para él, que era lógico y normal que me engañara porque yo era lo peor del mundo. Me despedí del trabajo con un mensaje y seguí durante días en mi habitación. Al ver que eso no remontaba mis padres decidieron que no podía seguir así y fueron a por mí.

Ya de vuelta en España (después de unos días de turismo y desconexión con mis padres) me vi con fuerzas para escribirle por el tema de mis cámaras. ¿Os respondió a vosotras? Porque a mi tampoco. Fue un tema que se alargó bastante en el tiempo y que bueno, se “solucionó” por decirlo de alguna manera. Todo este tema no dejó de dolerme hasta pasados bastantes meses cuando por fin me di cuenta de la persona que tenía al lado a la que llamaba pareja era un sinvergüenza acomplejado consigo mismo que como no podía odiarse a si mismo me jodió a mi. Pero dejó de doler que es lo importante.

 

Sandra Regidor