Me dijo que era asexual, pero por detrás se follaba a todo el personal

 

Yo no soy una persona fogosa ni demasiado sexual. El sexo me gusta, pero en pequeñas cantidades y de vez en cuando. Tengo rachas en las que me apetece más y otras en las que menos, aunque nunca nada muy loco. Sé que mi apetito sexual está muy por debajo de la media, me lo han dejado claro todos los chicos con los que he tenido una relación. Y esa fue la causa de que se rompieran muchas de ellas. Tanto es así, que de un tiempo a esta parte, si un chico empieza a gustarme y noto que me corresponde, lo primero que hago es avisarle. En plan: ‘Hola, me gustas, pero necesito que sepas que chuscar me da pereza. Así que, si eso es un problema, dímelo ya. Por favor y gracias’.

Y si es un problema, bye bye

Este chico no fue una excepción. De hecho, aunque suelo medio obligarme a tener sexo cuando estoy conociendo a alguien, con él no llegué a hacerlo. No me hizo falta porque no se dieron las circunstancias que habrían forzado esa situación. Solo nos conocimos, empezamos a vernos a menudo. A darnos la manita, intercambiar algunos besos… Y, un buen día, me preguntó si me parecía correcto que empezara a hablar de mí como su ‘novia’. Fue entonces cuando le dije que por mí no había inconveniente, pero que debía tener en cuenta mi ‘condición’. Él me escuchó atentamente y me contestó que lo nuestro era aun más perfecto de lo que le parecía. Porque resultó que él se consideraba asexual.

 

Me dijo que era asexual, pero por detrás se follaba a todo el personal

 

Reconozco que me llamó la atención y que me rayé un poco. Aunque no tardé en estar de acuerdo con él: éramos la pareja perfecta. No habría desequilibrio en nuestra intimidad, no habría frustraciones ni coacción. Una maravilla.

Y lo cierto es que nos iba genial. Nos compenetrábamos tan bien, que nos fuimos a vivir juntos a los pocos meses. Llevábamos unas semanas conviviendo cuando recibí un mensaje por Instagram de una cuenta que no conocía. Era una chica que me decía que mi novio me era infiel.

Yo estaba tan segura de él, que no le creí ni por un segundo. ¿Cómo me iba a poner los cuernos? Si me quería, estaba bien conmigo y tenía cero interés en echar un polvo, ni conmigo ni con nadie. Era imposible.

Pero insistió, me contó que ella se había acostado varias veces con él antes de averiguar que tenía pareja. Me habló de otras chicas y chicos con los que sabía que había estado en los últimos meses. Unas ocho personas, según sus datos. Me habló de gente del gimnasio al que iba, del trabajo. Si se lo estaba inventando, se lo había currado un montón. Por lo que no pude evitar dudar. Indagar un poco más. Seguirle mientras salía con sus colegas… No necesité que nadie me facilitara más pruebas, yo misma lo vi liarse con un chico delante de mis narices y las de todos los clientes de aquel pub. Me volví a casa, dejé las llaves puestas por dentro y apagué el móvil. Le pedí explicaciones dos días más tarde, cuando ya estaba más calmada y le permití entrar.

 

Me dijo que era asexual, pero por detrás se follaba a todo el personal

 

Intentó colarme la de que había visto lo que no era. Luego la de que estaba borracho. Y luego ya ni eso. Optó por hacerme entender que le gustaba mucho y que estaba muy enamorado de mí. Que se había inventado lo de la asexualidad para que estuviera tranquila y me atreviera a dar el paso de formalizar la relación con él. Pero que tenía necesidades y las satisfacía con cualquiera con el que sintiera atracción. Sin sentimientos, porque querer, solo me quería a mí.

Ajá…

Pues muy bien todo, pero no lo entendí entonces ni lo entiendo ahora. ¿Vosotras lo hubierais aceptado?

 

Anónimo

 

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