Para las/los que ignoran quién son Christofer y Estefanía: el ejemplo de relación tóxica, sumisión y dependencia dentro de la pareja. La explicación clara de que “EL AMOR NO LO PUEDE TODO”, sí en el todo se encuentra perder la dignidad.  

Y sin ser tan metafórica, la historia puede resumirse en que Christofer y Estefanía mantenían una relación de pareja de doce años, entraron en un reality y a los DOS DÍAS, Estefanía le fue infiel con Rubén, delante de toda España. Le humilló, se rió de él, de su amor, pareja, del que tanto quería. Y, aún así, y sin apenas pasar tiempo de separación, al regresar a España ya estaban juntos porque Christofer le había perdonado todo. Aunque yo siempre me preguntaré, ¿qué hubiera pasado con Christofer si Rubén hubiera querido ser la pareja de Fani? (pues que a Chris le hubieran hecho el mayor favor de su vida, pero no, el pobre fue la opción B). 

La frase que más me tocó a mí la patatita (y mira que es difícil) fue la de nuestro querido-o decepcionante- Christofer de: “se todo lo que ha hecho pero le sigo queriendo”. Pues claro que sí, Chris, tu si que estás enamorado de ella- u obsesionado, pero, “¿ella te quiere a ti o quiere que la quieras?” o, lo más importante, ¿ tú te quieres a ti mismo?. Esa es la cuestión.

Llegados a este punto solo puedo contaros la historia que le sucedió a una buena amiga.

Mi amiga Luna (nombres ficticios, todo parecido con la realidad es una licencia artística. Aún así, G, si alguna vez me lees, has sido un cobarde) conoció a Guillermo cuando ambos tenían el corazón roto por sus anteriores relaciones.

En las primeras citas, se desahogaban ambos contando sus experiencias. Guillermo salía de una ruptura tormentosa en la que la “mujer de su futuro” (y uso sus palabras, que a mí no me gustan nada), le había abandonado. No voy a entrar en detalles. La clave es que ÉL LO HABÍA SUPERADO, A ÉL LE HABÍAN HECHO MUCHÍSIMO  DAÑO Y SU EX ERA LO PEOR PERO ÉL TENÍA MUCHA DIGNIDAD Y HABÍA SALIDO  FORTALECIDO Y SIN INTENCIÓN DE REPETIR EL PASADO (hasta que el pasado quiso volver claro). Mi amiga le creyó- ¿por qué no iba a hacerlo si él era sincero?-, empezaron una relación bonita que ha durado un año, incluso le justificó en varias ocasiones determinados comportamientos porque “había sufrido mucho en su anterior relación”.

Fue ese mar en calma en aquel atardecer que definía Beth hasta que todo volvió a ser como era entonces. Cuando estaba con la ex, claro. 

Mi amiga se enteró del resurgimiento de la chispa del amor con una distancia muy mal empleada por parte de Guille y un texto de WHATTSAP en el que quiero destacar la frase de “LA VIDA DA VUELTAS”. A lo que yo le respondería : no cariño, la vida gira a tu alrededor pero tú has decidido quedarte en el mismo punto gritando ESTEFANIA. Y es válido que decidas vivir así , pero en esas vueltas, no hagas que terceras personas se mareen por ti. Y si lo haces inconscientemente- que nadie es perfecto- , reconoce tu error y dales a las personas la importancia que se merecen. 

Aunque, como consejo a las que hayas vivido algo parecido, no os centréis en sus razones, porque ni existen ni valen nada. Guille no supo hacerlo pero, y siento decírtelo así, en la última persona en la que estaba pensando era en ti. Pensaba en su romance, en su dependencia, en que las estrellas se habían vuelto a juntar para devolver a esa persona  a su vida-  y en su mejor versión: la del amor cieguísimo.  No se planteó nada más y quizá todo lo anterior fuera mentira. ¿Quién sabe y a quién le importa?

Lo que le tiene que importar a mi amiga Luna y a todas las que os hayáis cruzado con un Guille  (o una Guillermina), es que os hicieron un favor.  Porque estabais jugando un partido porque a Messi le había dado por retirarse momentáneamente del juego. Estabais empezando a ocupar el puesto del que se pide una “excedencia de novio” y el jefe te estaba viendo cómo una sustituta y no más allá.

 Y no os merecéis ser la opción B, el pañuelo de lágrimas o la  balsa de nadie. 

Merecéis ser siempre las protagonistas principales de la historia que queráis. No os sintáis inferiores, no os comparéis y, fundamentalmente, no os culpabilicéis. El problema no es vuestro. Vosotras seguís siendo la misma persona sincera y abierta a querer sin fantasmas del pasado. El que se acabó sepultando por la mochila de piedras que  llevaba arrastrando, era él. El que se conformó, se mintió y no se dio la oportunidad fue él. Porque vosotras de lo único que os habéis librado es de curarle sus traumas. ¡Y qué peso, amigas!

Ahora estáis un paso más cerca de conseguir lo que queréis, no os  olvidéis. 

Aprended de todas las historias, ironizarlas y sacad la mejor versión posible de ellas. Y, por favor os lo pido:

¡no os convirtáis en el Christofer de ninguna Estefanía!

@VEGA.ESE