Se ha popularizado cada vez más el hacer la revelación del sexo del bebé, ya sea mediante algún tipo de parafernalia como explotar un globo y que del mismo salga confeti rosa o azul, hasta el hacer una mega fiesta para revelar lo mismo. Maris, dejadme que os diga que me niego en rotundo a hacer este tipo de paripé.
A mí me encanta una buena fiesta o una buena reunión con gente a la que quiero. Soy de las que piensa que cualquier excusa mala es perfecta para reunirse. No obstante, no le veo ningún sentido a esta chuminá.
Primeramente, no tengo la paciencia para esperar hasta el día del evento para saber si traigo niño o niña. Hacer la revelación del sexo del bebé implica que debes asignar a una persona, “la elegida” para que la clínica donde te haces las ecos la llame para comunicarle el resultado de la eco y esta pueda empezar con los preparativos del evento. La mamá embarazada siempre puede ayudar con los preparativos en general, siempre evitando saber el resultado.
Segundo, prefiero hacer una bonita Fiesta del bebé -aka Baby Shower- o hasta una fiesta de bienvenida en vez de gastarme los cuartos en esta tontería. ¡Anda que no hay cosas que celebrar! Esta es la última de mis prioridades.
Y tercero, estoy quemada de tanta parafernalia y tanto postureo. Siento que cada vez se celebran más de cara a cómo luce en las redes sociales que por el mero hecho de compartir momentos memorables con tus seres queridos.
Os estoy metiendo todo el rollo y sé lo que estáis pensando: no la hagas, tan fácil como eso.
Me temo deciros que siempre, siempre, siempre hay un pero. En este caso, el conflicto aparece relacionado con mis amigas y mi familia política, quienes están deseando que lo celebre. No quiero quedar como la aguafiestas mayor, además de que no quiero herir sus sentimientos pues sé que quieren celebrarlo porque así lo sienten y porque culturalmente es una celebración muy arraigada en su imaginario.
Lo cierto es que no sería yo quien correría con los gastos del evento y ellos están dispuestos a adaptarse a lo que guste…
De los tres puntos anteriores donde explicaba la razón por la cual me niego a hacerlo, el que me pesa más de todos es el no tener paciencia, no quiero esperar, quiero saberlo nada más la técnico lo vea en la ecografía o mediante el análisis de sangre. En cuanto al gasto monetario, mis amistades se han ofrecido a cargar con los gastos ya que son ellos los que están empeñados en ir. En este sentido me siento mal si les digo que no quiero.
¡Ah!, casi me olvido: este tipo de fiestorro encaja cero con mis ideales. Por supuesto que me muero de curiosidad por saber si es niño o niña, paciencia ninguna. Ahora bien, un fiestón por todo lo alto solo por saber el sexo biológico me parece una estupidez.
A ver cómo lo hago entender sin herir sentimientos.
