Quiere que lo vea con otra.

 

Querida amiga, si usted se ha indignado con el título de este follodrama, pues le recomiendo que no siga leyendo. Como el chico es extranjero y no va a leer esto nunca, se los voy a presentar por su nombre. Se llama Davide (David en Italiano, es de Venecia) y nos conocimos mientras él estaba de vacaciones en la ciudad. Sin ningún tipo de sutilezas porque la química fue bestial, comenzamos a tener sexo pocas horas después de conocernos, y después de eso, más o menos una vez al día por el tiempo que iba a estar en Barcelona.

Desde el día uno, después de la primera follada, me contó cual era su fantasía sexual. Primero me preguntó por la mía, le dije que quería que me diera contra una pared sin clemencia, y después, cuando le pregunté cual era la suya, me dijo que quería que una chica lo viera tener sexo con otra, entre una cosa y otra me aclaró que no quería un trío, solo una espectadora mientras él se follaba a otra chica. Después de agarrar suficiente confianza (y teniendo ambos muy claro que éramos follamigos y no relashionship-material) me lo pidió directamente, que lo viese tener sexo con otra mujer. 

La verdad no me espanté en ningún momento, y menos después de que me diera sus razones. Le pregunté que si era exhibicionista o cual era el rollo con que lo vieran, y me dijo lo siguiente (en su acento todo sexy):

Siempre ha sido mi fantasía que una chica que me guste mucho me vea con otra, no para que sienta celos ni nada por el estilo, ¿sabes cómo las mujeres escogen un hombre que les guste al momento de ver porno?

No sé ustedes, pero yo me sentí completamente identificada, que el tío esté guapo y que tenga cunnilingus son mi Must (si hay una pared es un plus). Después de que me di por entendida, él siguió explicándose.

Bueno es eso lo que quiero, que una chica que me guste mucho se excite mirándome con otra como si estuviese mirando una porno en vivo y hecha especialmente para ella. 

A mí, a mí, eso me sonó a cumplido y me prendí enseguida, por lo que acordamos que él invitaría a otra follamiga y yo los vería. 

Y así lo hicimos. Nos relajamos los tres con unas copas en el bar, después de unos cuarenta minutos subimos a la habitación y ellos se pusieron manos a la obra, y les confieso que fue la experiencia más excitante de mi vida. Por supuesto me toqué mientras los veía, y después mi guapo italiano se encargó de mí también, mientras le tocaba a la otra chica ser la espectadora.  

Estuvo alucinante y repetiría la experiencia con los ojos cerrados (es un decir porque obviamente el chiste está en ver) pero si el tipo de relación y la confianza lo permite, recomiendo la experiencia cien por ciento. Hasta ahora sigue siendo lo más erótico que he hecho en mi vida y sería un acto egoísta de mi parte no compartirlo con ustedes.

 

anónimo

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