Me gustaría decir que yo soy una de esas mujeres que siempre ha sabido que quería ser madre, pero lo cierto es que estaría mintiendo. Hasta mediados los treinta no lo tuve nada claro, es más, realmente creía que era mejor que pasara. Creo que influyó que el que había sido mi pareja desde la veintena y por un porrón de años, estuviera seguro de que no se iba a reproducir.

Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero tengo la sensación de que me mimeticé tanto con él, que dejé de tener ideas propias. Tal vez por eso, cuando me vi soltera de nuevo con treinta y tantísimos, me entraron las dudas. La buena noticia era que al final me di cuenta de que sí, quería ser madre. La mala… que no tenía con quién y el tiempo corría en mi contra.

Me quedé embarazada del primero que pasaba y me arrepiento
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Así fue que, cuando me vi saliendo de nuevo con un hombre, se me metieron ideas raras en la cabeza. Digo raras por no decir estúpidas, locas, ingenuas o ridículas. El caso es que la cabeza solo me daba para tomar decisiones inmediatas, sin reflexionar sobre las consecuencias a largo plazo. ¿Estaba enamorada? Qué va. ¿Íbamos en serio, siquiera? Tampoco. ¿Era él la persona idónea para ser el padre de mis hijos? Lo dudaba mucho. ¿Quería ser padre, acaso? Ni se lo pregunté. Lo que hice fue ser irresponsable a todos los niveles posibles. Me dije que no pasaba nada si alguna vez no usábamos condón y acababa dentro… Si me quedaba embarazada con un par de ‘uy, bueno, malo será…’, lo consideraría una señal de destino.

 

Tenía casi cuarenta años, era consciente de que estaba quemando mis últimos cartuchos. Por aquel entonces era lo único que me preocupaba, perder la oportunidad de ser madre por no tener una pareja estable o los medios para serlo en solitario. A mí yo del pasado le parecía de una lógica aplastante.

Y funcionó. Uno de esos últimos cartuchos dio en la diana. Pero no tardé en ver que esa lógica tan aplastante, no lo era tanto. Porque me quedé embarazada del primero que pasaba y me arrepiento. Muchísimo.

No de haber tenido a mi hija, de eso no puedo estar más contenta. Me arrepiento de haberla tenido con un hombre al que no me unía nada. Del que apenas sabía nada y con el que no tenía ningún interés ni proyecto de vida en común. Ojalá lo hubiera hecho sola y cuánto mejor me hubiera ido.

Me quedé embarazada del primero que pasaba y me arrepiento
Foto de Kampus Production en Pexels

Me arrepiento porque ahora estoy pagando las consecuencias de haber tomado una decisión tan sumamente relevante sin haberle dado la importancia que debía. Porque la relación de pareja se terminó a las pocas semanas de nacer la niña, pero la mierda de relación en la que estoy atrapada con él me va a durar, como mínimo, hasta que ella cumpla los dieciocho. Es muy probable que incluso más.

 

Lo cual es duro para mí como su ex, y mucho más duro como la madre de una niña que tiene un padre terrible. Que no se responsabiliza de ella ni la trata ni quiere como debería, pero tampoco se desvincula de ella del todo. Va y viene. Le da una de cal y otra de arena. En definitiva, un padre que le da mil penas por cada alegría.

 

Anónimo

 

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